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Anillamiento científico Biología Temporada 2021/2022

Se empieza a notar el “efecto” Casa de la Becada

Avanza el mes de noviembre y con él las fechas de la migración de las becadas. De momento el grueso del flujo migratorio parece que pasa de largo y estamos percibiendo poca alegría, tanto en el monte como en las praderas, aunque en estas últimas jornadas se atisba algo más de movimiento.

Becada anillada en diciembre de 2020 y recapturada estos días pasados

A pesar de que todavía la muestra es muy pequeña, en estas primeras fechas sí hemos observado cierta tendencia entre las becadas capturadas, resultando que el 75% de estos ejemplares son individuos adultos. De hecho, tres de las becadas que han entrado en la red ya habían sido anilladas el año pasado, algunas capturadas prácticamente en el mismo palmo de terreno, demostrando una vez más la querencia de estas aves a volver a los mismos lugares de invernada, lo que conocemos con el término de filopatria.

Con mucha prudencia podríamos empezar a considerar que este fenómeno podría estar causado por el hecho de que Garralda sea una reserva de caza y por ello hay más becadas supervivientes al final del invierno que vuelven al año siguiente a las mismas praderas. En cualquier caso es algo que habría que confirmar a lo largo de esta temporada y las siguientes.

Predominio significativo de ejemplares adultos entre las becadas anilladas

Lo que sí venimos confirmando es que los prados no están en las mejores condiciones de humedad a pesar de las lluvias de las últimas semanas, unido a que se aprecia que el número de topillos es espectacular, para disfrute de los zorros y rapaces nocturnas y desesperación de los ganaderos. Su rastro en las praderas es notable y está por ver las consecuencias sobre las becadas.

Aspecto de campo de minas en las praderas provocado por topillos

Por lo demás, se acercan las fechas clave de la migración y permanecemos expectantes en la Reserva para el estudio de la becada. Seguiremos informando.