Una vez llegados al mes de mayo toca analizar toda la información recopilada a lo largo de toda la temporada en Garralda. Lejos queda ya octubre, en el que a tenor del buen aspecto que presentaban los montes de este rincón del Pirineo navarro, hacíamos un pronóstico bastante optimista. Buenos augurios que se cumplieron a grandes rasgos, aunque matizados por una migración verdaderamente extraña, que a continuación analizaremos con más detalle.
Meteorología
Decíamos que el otoño de 2023 en nada se pareció a los dos precedentes, ya que en esta zona las precipitaciones fueron abundantes y regularmente repartidas ya desde mediados de agosto, con lo que llegábamos a finales de octubre con los montes pletóricos de humedad y rezumando agua por los cuatro costados.
Como dato objetivo tenemos el del observatorio de Aurizberri/Espinal, el más cercano a Garralda, que registraba nada más y nada menos que 463 litros por metro cuadrado acumulados entre el 15 de agosto y el 1 de noviembre.
Sin embargo, estas condiciones a priori idóneas se veían empañadas al inicio del otoño por unas temperaturas extrañamente tibias para la época, provocadas por una sucesión de profundas borrascas de procedencia atlántica, con fuertes vientos del Suroeste. Una situación que en absoluto favorece la migración en estos montes del Pirineo. De acuerdo con los datos de Meteo Navarra, octubre y noviembre de 2023 se pueden clasificar como muy cálidos o extremadamente cálidos en los valles pirenaicos.
En la siguiente imagen del portal meteorológico Ventusky, correspondiente al 2 de noviembre, se aprecia esta circunstancia, vientos del Sur-Suroeste en Europa occidental.
Así, la llegada de becadas se fue retrasando hasta fechas pocas veces vividas en esta zona. En octubre la presencia de sordas fue prácticamente nula y en noviembre apenas se vieron pájaros hasta bien entrado el mes. Como digo, esta particularidad, aunque extraña, da la sensación de que va marcando una tendencia en los últimos años.
No fue hasta los últimos días de noviembre, momento en el que apretó el frío en el centro de Europa y en estos montes se empezaron a ver los primeros copos de nieve, cuando la arribada de las becadas a Garralda se generalizó.
El mes de diciembre siguió caracterizado por la meteorología suave para la época y hasta la primera semana de enero no llegó el frío y la nieve de forma clara. Estas condiciones invernales, con mínimas de hasta -12ºC algunas noches, apenas duraron unos días, ya que poco después regresaron temperaturas primaverales en pleno mes de enero.
El resto del invierno alternó episodios de precipitaciones de nieve con otros más suaves, pero sin grandes olas de frío que hayan supuesto desplazamientos masivos de las becadas presentes en Garralda.
Durante la segunda mitad de febrero y primera de marzo la nieve sí llegó a cubrir los montes de Garralda con cierta continuidad, lo que a buen seguro condicionó de forma negativa la parada de las becadas en esta comarca durante la migración prenupcial.
Anillamiento
La actividad de marcaje de aves en Garralda es efectuada por anilladores expertos y/o específicos de becada autorizados y avalados por la Oficina de Anillamiento de Aranzadi, englobados dentro del proyecto del grupo de anillamiento “Scolopax”. La metodología utilizada ya lo conocéis, pero básicamente consiste en un recorrido a pie por las praderas tratando de localizar las becadas con un foco y atrapándolas mediante una especie de salabre.
Las labores de anillamiento durante la pasada temporada se iniciaron el 22 de octubre, prolongándose hasta el 21 de marzo. Han participado cuatro anilladores, efectuándose un total de 33 sesiones de anillamiento, lo que constituye un cómputo global de 93 horas de prospección, un esfuerzo de muestreo que podemos considerar como muy elevado, debido principalmente a que apenas se han perdido jornadas de anillamiento a causa de la nieve y esto se ha notado en el total de horas monitorizadas.
A lo largo de los recorridos nocturnos se han observado 273 becadas, lo que da un Índice de Abundancia Nocturna (IAN) de 2,94 becadas/hora, sensiblemente por encima de los 1,95 becadas/hora de la anterior temporada 2022/23, pero lejos de los valores obtenidos para la temporada 2021/2022 (3,47 becadas/hora) o 2020/2021 (3,39 becadas/hora) Por tanto, podemos considerar la densidad de aves en la temporada 2023/24 como normal, dentro de los valores medios obtenidos en el conjunto de las cuatro temporadas completas que llevamos de estudio.
En la siguiente gráfica se representa la evolución de la densidad nocturna de becadas a lo largo de las cuatro temporadas de este estudio. El pico de abundancia que se observa para la temporada 2019/2020 se debe a que tan solo se prospectaron los días de mayor densidad durante la migración de primavera. Para el resto de temporadas el dato corresponde a la campaña completa, serán necesarios más años de estudio para poder establecer una tendencia válida.
Respecto al total de becadas que han entrado en la red, se han capturado 123 ejemplares, lo que da una efectividad del 45%, valor considerado como muy alto. Esta cifra de capturas también queda muy por encima de la obtenida en 2022/2023 (48 capturas)
Del total de becadas capturadas, 32 ejemplares eran aves previamente anilladas (Recapturas), un 26%, porcentaje que puede considerarse muy elevado en comparación con el calculado en otras zonas donde también se están desarrollando labores de marcaje de becadas. De hecho, el porcentaje de recapturas de becadas anilladas en Navarra en la pasada temporada, sin contar los datos de Garralda, se quedó en un escaso 8,15%, dieciocho puntos por debajo del valor obtenido en la Casa de la Becada.
Este dato surge como consecuencia del elevado esfuerzo de anillamiento en esta zona (Mayor número de ejemplares marcados), así como de la ausencia de presión cinegética, lo que deriva en una mayor supervivencia de becadas anilladas, que posteriormente son recapturadas en la misma temporada o sucesivas. Es lo que denominamos filopatria o fidelidad de las aves a un determinado lugar a lo largo del tiempo.
Este porcentaje de recapturas fue menor al de 2022/2023 (31,25%) debido principalmente a que en aquella temporada la cantidad de recapturas de becadas anilladas en el invierno anterior fue de un 15,56%, por un 7,5% de 2023/24. Esta diferencia creemos que viene dada por la gran proporción de becadas jóvenes que han llegado a Garralda este otoño respecto al total de individuos, como veremos a continuación.
En la siguiente gráfica podemos comprobar la evolución por temporada del número de becadas capturadas (anilladas y no anilladas) durante las sesiones de anillamiento. Vemos que la pasada temporada fue la segunda en cuanto al global de capturas.
Por otro lado, tenemos el número de becadas que anillamos o número de anillas colocadas por temporada. Vemos que el número no aumenta en la misma proporción debido a que el número de becadas anilladas recapturadas se va incrementando conforme se van acumulando los años de estudio.
El efecto “reserva” de la Casa de la Becada, junto con la continuidad en el tiempo de las laboras de anillamiento nos permite constatar la elevada longevidad de las becadas en lugares donde la presión cinegética es nula, ya que en la pasada temporada pudimos realizar tres recapturas de becadas con una edad de seis o más inviernos.
En este contexto invitamos a meditar sobre la importancia de reservas como la Casa de la Becada como vía para garantizar la supervivencia de estos ejemplares tan experimentados, un capital becadero imprescindible para la sostenibilidad de la especie a medio plazo.
Como sabéis, una vez capturada una becada, el estudio de las plumas de sus alas nos permite calcular su edad y gracias a ello, la proporción de individuos jóvenes respecto al total de aves capturadas. Esta información, por un lado nos puede dar una idea del éxito de la temporada de cría y por otro, nos ayuda a estimar la tasa de supervivencia de las becadas que nos visitan. A más supervivientes de una temporada, en teoría más becadas adultas tendremos al año siguiente. Todo ello en base a la filopatria nombrada antes.
Durante la temporada 2023/24 el porcentaje de aves jóvenes fue de un 78,86%, cantidad que podemos considerar muy elevada, un auténtico récord. El anterior valor más alto corresponde a la temporada precedente, con un 60,42%. El elevado peso de los ejemplares jóvenes respecto a la bolsa total de capturas podría deberse a una exitosa campaña de nidificación, unido a que las becadas adultas, que sobre el papel deberían haber regresado a Garralda, sin embargo han elegido otros lugares para pasar la invernada. Quizás a la fuerza, ya que fueron desviadas de su ruta por las borrascas otoñales. Por otro lado, siempre hay que considerar el hecho de que Garralda se encuentra en mitad de un importante corredor migratorio y esto tiende a inflar el número de ejemplares jóvenes respecto al total de capturas.
De todas maneras y a tenor de lo observado en la siguiente gráfica, resulta llamativa la evolución de la proporción de jóvenes capturados respecto al total. Y es que está siguiendo una tendencia inversa a lo que podríamos considerar como previsible. A pesar de que capturamos ejemplares muy longevos, la proporción de becadas juveniles ha ido en aumento con el paso de los años. Se trata de algo muy provisional debido a que el número de campañas de estudio todavía es escaso, pero en cualquier caso es algo a estudiar en años venideros.
En cuanto a la distribución temporal de las becadas en Garralda a lo largo de la temporada, el primer ejemplar observado se detectó ciertamente tarde, el 2 de noviembre y hasta el último tercio de este mes no se generalizó la presencia de sordas. La irrupción de pájaros en los últimos días de noviembre fue masiva y repentina, con hasta 26 ejemplares anillados en la noche del 29 de noviembre. Podemos afirmar que la migración durante la pasada temporada se demoró tres semanas respecto a lo que podríamos considerar habitual.
A partir de esa fecha los valores del IAN se mantuvieron en valores constantes y elevados hasta la primera semana de enero, en la que la nieve y el frío expulsó un buen número de becadas de Garralda, bajando los datos de densidad a la mitad respecto a lo que veníamos observando en las jornadas precedentes. Estos parámetros de abundancia se mantuvieron más o menos estables hasta final de temporada. De hecho y como ocurrió en la temporada anterior, en febrero y marzo apenas se han percibido movimientos de contrapasa considerables.
El hecho de que los montes de Garralda se hayan mantenido nevados en buena parte de estos dos últimos meses ha podido contribuir a la escasa presencia de becadas en la última fase de la campaña. A pesar de que en los últimos días de marzo la presencia de becadas en los prados era testimonial, sí se nos han reportado distintas citas de pájaros bien entrado el mes de abril, a buen seguro migradores tardíos.
En cuanto a las becadas anilladas en Garralda y recuperadas por caza, tenemos información de ocho ejemplares reportados. Buena parte de estas recuperaciones (4) se realizaron en los cotos colindantes y muy concentradas dentro de los diez días siguientes a su anillamiento.
Por lo que podemos constatar en estos años de estudio, la probabilidad de que una becada sea cazada desciende conforme transcurren los días desde su llegada a Garralda, salvo que la meteorología las obligue a desplazarse a otros lugares. De hecho, otras tres recuperaciones se produjeron en la segunda parte de enero, pero esta vez tras las nevadas en Garralda y en cotos más lejanos (30 a 150 kilómetros de distancia) Como curiosidad, la anilla restante fue recuperada en Verona (Italia) el 3 de diciembre, se trataba de una becada capturada en Garralda el 14 de noviembre de 2021.
Una vez más agradecemos la inestimable colaboración de los cazadores que nos trasladan la información de las becadas anilladas que capturan.
Censos con perro
Otra de las actividades que desarrollamos en la Casa de la Becada es el seguimiento de la densidad de aves mediante el censo con perros, consistente en recorridos a pie en la que se van contabilizando las becadas que detectan los canes. La información recopilada durante estos censos es volcada en la aplicación del “Proyecto Becada” del CCB.
Respecto al esfuerzo de muestreo, en la pasada temporada se acercaron a Garralda 61 socios del Club de Cazadores de Becada con sus perros, realizándose 96 jornadas de censos de una duración media entre 3 y 4 horas, un auténtico éxito si lo comparamos con las 39 jornadas de la temporada 2022/23. El número de permisos reservados que finalmente no se utilizaron ascendió a 34, principalmente fueron jornadas perdidas debido a la presencia de la nieve en Garralda en febrero y marzo.
A lo largo de estas 96 jornadas de censo se avistaron 77 becadas, lo que da un ICA o Índice de Abundancia (Becadas avistadas para una jornada teórica de 3,5 horas) de 0,89. Aunque representa un incremento respecto al valor del ICA en 2022/23 (0,51) consideramos que se trata de un valor francamente bajo y engañoso, ya que viene condicionado por la concentración de las jornadas de censo principalmente en las fechas en las que hubo una menor densidad de becadas en Garralda.
De hecho, se observa que la mayor demanda de jornadas de censos se produjo en octubre e inicios de noviembre, cuando apenas había becadas en Garralda, bajando en cuanto las becadas se reparten por los cotos y los participantes dan prioridad a las jornadas de caza. Lo mismo ocurre con febrero y marzo, una vez que termina la temporada de caza aumentan las jornadas de censos en Garralda, pero este año ha coincidido con los días de menor abundancia de pájaros.
Al igual que ha ocurrido con los datos de densidad obtenidos mediante el anillamiento, las jornadas más fructíferas se produjeron desde los últimos días de noviembre y durante diciembre, consecuencia de una llegada francamente tardía de la migración.
Seguimiento de Becadas por satélite
Uno de los objetivos del estudio a desarrollar en la Casa de la Becada consistía en dar continuidad al proyecto de seguimiento de becadas por satélite, pero esta vez en un contexto más local, de manera que pudiésemos monitorizar los movimientos de estas aves en un espacio más reducido. En este escenario hace un par de años recibimos un empujón por parte del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra para el programa de seguimiento de becadas en Garralda. Esto nos permitió adquirir varios emisores para colocar en algunos ejemplares, con diversos resultados. Para los que sois nuevos en la materia siempre tenemos el hándicap de estar tratando con una especie cuyas características no son las mejores para el seguimiento mediante emisores con baterías cargadas por placas solares.
El hecho de que las becadas pasen la mayor parte de su vida diurna a la sombra del bosque no facilita precisamente la carga de la batería. Esto, unido a que la becada es un ave bastante sensible al estrés disminuye la tasa de éxito en este tipo de trabajos.
Durante la pasada temporada disponíamos de un emisor para equipar una becada, por lo que nos desplazamos el 21 de diciembre a las campas de Garralda con la intención de capturar y marcar un ejemplar. Tarea nada fácil debido a que la luna en fase creciente no iba a ser de gran ayuda a la hora atrapar alguna de nuestras amigas de pico largo. Asimismo, el hecho de que estemos anillando habitualmente en las mismas praderas provoca que los pájaros vayan desconfiando ante la presencia de los focos.
Con todo y tras varios intentos fallidos conseguíamos que una becada cayera en la red. La agradable sorpresa se produjo al comprobar que se trataba de una becada ya anillada con anterioridad, con fecha 15 de diciembre de 2020, justo tres años antes. Aunque ya estemos habituados a la fidelidad de estos pájaros a sus lugares de invernada, no podemos dejar de destacar que fue anillada en la misma pradera donde la recapturamos. En concreto, en diciembre de 2020, entonces y mediante el estudio de las plumas del ala pudimos determinar que se trataba de un ejemplar adulto, en su segundo año calendario, como mínimo. No podemos concretar más su edad, pero en estos momentos sabemos que la becada se encuentra mínimo en su sexto invierno.
Por tanto, estábamos ante toda una superviviente, una veterana idónea para ser equipada con el emisor. Su peso elevado, de 360 gramos y el estado general de la limícola también nos convencieron de que ésta era el ave.
Tras un rápido trabajo de Rubén Ibáñez colocando el emisor GPS, “BIDAUSI” era liberada. Su nombre evoca un término de la parte más elevada del monte de Garralda, conocido por su espectacular hayedo.
Como siempre, las primeras horas son claves para determinar el éxito de la operación. El asombro vino al comprobar que la primera localización diurna se producía en el bosque de la Reserva Natural de Tristuibartea, cerca de la localidad aezkoana de Hiriberri/Villanueva, a cuatro kilómetros al Este del lugar de captura. La siguiente localización, esta vez nocturna, la desplazaba otros cinco kilómetros más allá. “BIDAUSI” se alimentaba en unas praderas en el término de Abaurrea Alta/Abaurregaina. La duda que nos rondaba era saber si este movimiento se debía al “susto” por la experiencia de la captura y equipamiento o, por contra, se trataba de una becada nómada con una amplitud de desplazamiento francamente elevada
Esta incógnita se resolvía en la noche posterior, ya que la becada estaba de vuelta y emitía justamente en el mismo prado donde fue capturada. Al día siguiente nos mostraba su ubicación diurna, en el centro del término de Garralda y ya a salvo dentro de la reserva de la Casa de la Becada.
En las siguiente jornadas fuimos comprobando los movimientos de esta veterana, como decimos, con al menos seis inviernos a sus espaldas. Y lo que nos encontramos es que estábamos ante una becada “segurolas”. Sus desplazamientos eran mínimos y quizás ahí residía el secreto de su éxito. Con una precisión casi milimétrica se movía apenas un kilómetro desde la zona donde permanecía oculta durante el día hasta prácticamente el metro cuadrado de pradera donde se alimentaba en la oscuridad de la noche. “Lo que bien está, mejor no tocarlo”, pensará. Tan solo en las noches más crudas del temporal en enero cambió ligeramente la pradera nocturna, bajando en altitud, quizás en busca de esas zonas de pastizal encharcado que no cubría la nieve y donde podía acceder a las lombrices.
En cuanto subió la temperatura y fundida la nieve se produjo el regreso a sus rutinas de siempre. Durante el resto del invierno apenas se registraron cambios en su comportamiento y como aliciente quedaba apostar sobre la fecha en la que emprendería el regreso hacia el Norte de Europa, siempre cruzando los dedos para que el nivel de batería del transmisor nos permitiera seguir estos desplazamientos.
Sin embargo y como pequeño jarro de agua fría, la última localización válida se produjo el 29 de febrero. En las dos siguientes emisiones del 3 y 7 de marzo y aunque la sonda de temperatura del emisor nos indicaba que la becada seguía viva, las localizaciones no eran de la suficiente calidad como para poder precisar la localización del ave. Y después vino el silencio, por lo que podemos suponer que la batería del emisor se sitúa por debajo del nivel crítico, una verdadera lástima.
Como pequeña esperanza cabe la posibilidad de que el aumento de las horas de luz solar en primavera permita que el emisor cargue lo suficiente para dar una localización válida, aunque por experiencias previas sabemos que es poco probable. Por otro lado y como factor más verosímil, queda cruzar los dedos y esperar la oportunidad de recapturar el ave en el próximo otoño y así recuperar la información que contiene el emisor.
Curso de anillamiento
El sábado 9 de marzo realizamos en Garralda una charla informal para aquellas personas interesadas en formarse en el anillamiento científico de becadas con el fin de informar sobre las características del proyecto de anillamiento del grupo “Scolopax”, así como los requisitos exigidos a los candidatas/os.
Después de la parte teórica nos desplazamos a las praderas para realizar un ejemplo de salida práctica de anillamiento, con poca suerte ya que no fuimos capaces de capturar pájaros. La idea es dar continuidad a este tipo de charlas a partir de noviembre, iremos informando a través de los canales habituales del Club.
Esto fue todo en cuanto a las actividades realizadas en la Casa de la Becada durante el otoño e invierno de 2023/24. Temporada muy completa en la que han crecido y consolidado todos los apartados en los que estamos inmersos. Una vez más tenemos que agradecer la participación de los anilladores del grupo “Scolopax” y todos los socios del CCB que han participado en los censos con perro.
A partir del mes de mayo comenzamos con los censos de becadas reproductoras o “Proyecto Roding”, en busca de posibles ejemplares nidificantes.
Animamos a todos los socios y socias del CCB a participar en esta y otras iniciativas, os podéis poner en contacto con nosotros a través del correo electrónico casabecada@ccbp.org y seguir todas las iniciativas de la Casa de la Becada en este blog.
¡Os esperamos!
Miguel Minondo