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Dos años de estudios sobre la becada en Garralda

Durante el fin de semana del 28 y 29 de mayo tuvo lugar en Garralda la XXII Asamblea General del Club de Cazadores de Becada, entidad que gestiona La Casa de la Becada. Entre las distintas actividades organizadas durante esos días destacan las charlas celebradas en el Errotaberri con la becada y su gestión como protagonistas y en particular, un resumen de los resultados obtenidos en los dos años de vida de la Reserva de la Becada de Garralda.

Como responsable del proyecto y en representación de las personas que han participado en el mismo fui desgranando los primeros datos extraídos, incidiendo que esto solo es un esbozo, ya que para alcanzar conclusiones más definitivas debemos prolongar el estudio algún año más.

Sin embargo, ya comenzamos a observar algunos fenómenos curiosos, propios de una ave tan enigmática y sorprendente como es la Dama del Bosque.

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, este estudio se sustenta principalmente en cuatro pilares:

  • Anillamiento científico
  • Censos de becadas con perro
  • Radioseguimiento por satélite y convencional
  • Censos de becadas nidificantes

Anillamiento científico

Los trabajos de anillamiento en Garralda fueron esporádicos hasta la primavera de 2020, fecha en la que comenzamos a realizar salidas de anillamiento con mayor frecuencia. Desde ese momento cinco han sido los anilladores que con mayor o menor intensidad han trabajado en la Reserva, todos ellos pertenecientes al Grupo “Scolopax” de la Oficina de Anillamiento de Aranzadi.

Desde febrero de 2020 se han realizado 71 salidas o sesiones de anillamiento nocturnas, consistentes en un recorrido por las praderas de alimentación de las becadas, en las que estas aves son capturadas con la ayuda de una red, anilladas, pesadas y se determina su edad a través de la lectura de ciertas plumas del ala. El objetivo inicial era realizar un esfuerzo de muestreo de una salida semanal, alguna más en la época de migración, pero sin provocar un exceso de presión sobre las becadas que pudiera provocar abandono de las praderas de alimentación o molestias al resto de la fauna. En este proyecto estamos concienciados en el respeto al entorno y el tratamiento ético de la fauna con la que estamos trabajando directa o indirectamente.

Estas sesiones han dado lugar a 191 horas de muestreo, en las que se han observado 714 becadas, de las cuales se han capturado una tercera parte, 238 ejemplares, porcentaje de efectividad que podemos considerar normal.

La captura más temprana se produjo un 26 de octubre, mientras que la más tardía fue el 24 de marzo.

Los indicadores de la densidad de becadas detectados podemos considerados muy altos, con un Índice de Abundancia Nocturna (IAN) de 3,5 becadas observadas por hora de recorrido, muy por encima del valor medio para el resto del Estado (2,65).

El hecho de que las becadas muestren la tendencia a regresar al mismo lugar en el que pasaron el invierno anterior se ha observado claramente en Garralda. De hecho, el 27% de las becadas capturadas en Garralda en la última temporada ya estaban anilladas. Lo más sorprendente es que esta fidelidad se produce en muchos casos en espacio y tiempo, dándose la circunstancia de becadas anilladas recapturadas en el mismo prado un año después y en las mismas fechas ¡Impresionante!

Un hecho también observado es la querencia de las becadas a permanecer en La Casa de la Becada a pesar del clima duro de la zona, demostrándose que el mito de que esa zona es exclusivamente de paso es eso, un mito. Podemos constatar que si a la becada se la respeta con una presión de caza responsable tiende quedarse en el lugar. Prueba de ello es que hemos capturado un buen número de becadas en lo más crudo del invierno, cuando pensábamos que ya se habrían marchado.

En cuanto a la distribución de la densidad de becadas a lo largo de la temporada, ésta va aumentando desde finales de octubre, mientras que el mayor índice de densidad de aves se localiza en la segunda mitad del mes de noviembre, coincidiendo con el pico del flujo migratorio. A partir de ese momento la cantidad de becadas en Garralda depende en gran medida de la meteorología, ya que si arrecian los temporales de nieve y frío una buena parte de las aves abandonan este territorio en busca de zonas más clementes.

El segundo pico de densidad se percibe en el mes de febrero, correspondiendo muy probablemente con el inicio de la migración de primavera, a partir de estas fechas la abundancia va disminuyendo paulatinamente y ya en la última semana de marzo los encuentros con becada son anecdóticos.

Respecto a la proporción de jóvenes en las capturas de becadas en la temporada de anillamiento, tenemos que se mueve en valores bajos, propios de una reserva de caza, pero que también fluctúa dependiendo de la época del año. Mientras que en las fechas de mayor flujo migratorio (finales de noviembre) la cantidad de becadas jóvenes capturadas casi llega al 90%, fuera de esas fechas ocurre todo lo contrario y son las becadas adultas, fieles a sus cuarteles de invernada, las que copan la mayor parte de las capturas.

Si ponemos el punto de mira en las recuperaciones de becadas por acción de caza, el tiempo medio que ha portado la anilla una becada cazada es de 90 días, valor escaso aunque normal si tenemos en cuenta que solo llevamos dos años y medio anillando. 394 días es el máximo tiempo que una becada cazada ha portado la anilla, mientras que varios ejemplares han sido cazados al día siguiente de ser anillados.

La distancia máxima entre el lugar de anillamiento y caza es de 336 kilómetros y el mínimo de 1,5 kilómetros. Una de caza dos becadas anilladas cazadas fueron abatidas a menos de 20 km de La Casa de la Becada.

Finalmente, si nos fijamos en los lugares donde han sido recuperadas las becadas anilladas en Garralda, no encontramos un patrón fijo, si bien nos ha sorprendido que de momento no tenemos comunicaciones de becadas cazadas en el Centro o Sur de la Península. De hecho, se da la circunstancia de que dos becadas anilladas en Garralda en noviembre han sido recuperadas pocos días después en Francia, deshaciendo parte del trayecto migratorio.

Censos con perro

Otra de las herramientas para observar la abundancia de becadas y su tendencia son los recorridos a pie por la reserva acompañados de perros especialistas que detectan a las aves hasta que levantan el vuelo. En estos censos se anotan todas las becadas avistadas, duración del recorrido, así como otros parámetros de vegetación, meteorología, etc. y se vuelcan en una aplicación web creada para este fin.

Este método ha estado muy condicionado por las restricciones de movilidad debidas a la pandemia, especialmente en la temporada 2020/21 en la que no pudieron acudir a Garralda participantes de otras regiones. De momento tenemos datos de 75 recorridos con perro, para los que se ha calculado el valor del Índice Cinegético de Abundancia (ICA), que sería el número de becadas observadas para una jornada teórica de 3,5 horas.

En la temporada 2020/21 el ICA fue de 1,01 y para 2021/22 este parámetro subió ligeramente hasta situarse en 1,21, valores que se sitúan por debajo del potencial que creemos tiene La Casa.

Para las temporadas venideras esperamos una mayor participación y con ellas poder hilar más fino en el cálculo de los distintos indicadores.

Censos de nidificantes, “Proyecto Roding”

Como sabemos, una cantidad de becadas nada desdeñable nidifica en la Península Ibérica, concentrada principalmente en los sistemas montañosos del tercio norte. Aunque nunca alcanza grandes densidades, sabemos que tenemos becadas que sacan su prole en áreas de la Cordillera Cantábrica, Pirineos y Sistema Ibérico.

En el caso de Navarra, ya el Atlas de Aves Nidificantes (Jesús Elósegui, 1985) indicaba que un buen número de cuadrículas de la mitad Norte de la Comunidad Foral podían estar ocupadas por ejemplares “autóctonos”.

Dentro de estas cuadrículas se sitúa Garralda, por lo que uno de los objetivos del proyecto es localizar si todavía tenemos estos ejemplares nidificantes y analizar el efecto que el cambio climático, transformación del hábitat, depredadores, presión de caza o el hecho de que Garralda se haya convertido en reserva pueda provocar en las becadas.

Para ello se están realizando escuchas de machos en vuelo de cortejo o croule durante los meses de mayo y junio, método que se ha establecido como idóneo para censar las posibles becadas nidificantes.

De momento y tras más de 20 estaciones de escucha no hemos obtenido resultados positivos, lo cual es preocupante, teniendo en cuenta también las noticias que nos llegan de Francia, con un descenso del 30% de puntos positivos desde 1988. Parece ser que este descenso en Francia se ha concentrado en los lugares situados más al sur y a menor altitud, por lo que el calentamiento del clima podría estar detrás.

Radioseguimiento y seguimiento por satélite

El anillamiento ofrece la posibilidad de marcar numerosos ejemplares de una especie, pero la recogida de datos que dichos animales pueden ofrecer queda reducida a los correspondientes al día de su marcaje y captura. La utilización de técnicas de radio-telemetría permite el seguimiento continuo de los animales objeto de estudio durante un periodo de más de dieciséis meses con lo cual permite abarcar el periodo de migración completo de la especie.

Por eso desde la temporada 2021/22 y gracias al apoyo brindado por la Sección de Caza del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, se han empezado a marcar becadas con estos dispositivos, proyecto que continuará en la próxima temporada y cuyos resultados esperamos obtener a más largo plazo.

Esto es todo lo que dio de sí la charla, desde los responsables de la Gestión de La Casa de la Becada queremos agradecer el apoyo y trabajo de los anilladores del grupo “Scolopax” de la OA Aranzadi, a los socios del Club de Cazadores de Becada, Ayuntamiento de Garralda, Sociedad de Cazadores Arregia de Garralda y al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra por dar soporte a esta iniciativa.

Miguel Minondo.

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Casa de la Becada, Gure Etxea, resumen de actividades del otoño-invierno de 2021/22

Este otoño se reiniciaba con gran ilusión el proyecto de nuestra casa de Garralda tras el paréntesis que supusieron las restricciones de movilidad causadas por la pandemia en la temporada anterior. Ya en octubre celebramos la primera prueba del Máster CCB en Garralda, junto con las primeras Jornadas de la Becada, con gran éxito de público y presencia de becadas, tal y como resumíamos en la revista de noviembre.

Concurso de perros de muestra sobre becada en octubre

Tras aquellos días de frenesí se retomaban en noviembre las jornadas de anillamiento y censos de becada con perro que centran las labores de otoño e invierno en Garralda.

Resumen meteorológico, una temporada de extremos

Como el año pasado y para realizar el análisis meteorológico del otoño/invierno en La Casa de la Becada tomamos los datos de dos estaciones oficiales próximas, dado que Garralda no cuenta con una propia. Por un lado tenemos la estación de Aribe, situada a 2 kilómetros al este de Garralda, a 701 metros de altitud y por otro, la de Aurizberri/Espinal, a 7 kilómetros hacia el oeste y a 871 metros, ambas estaciones propiedad del Gobierno de Navarra y AEMET.

Frío en enero en La Casa de la Becada. Al fondo el pico de Ori

En las dos localidades la temperatura media del mes de octubre fue casi 1ºC más baja que la media y tan solo llovió un 40% de la media histórica. Esta sequía podría haber marcado el devenir de la temporada, ya que el terreno al principio del otoño estaba francamente seco y con ello muy comprometida la capacidad de acogida para las becadas.

En contraste, noviembre resulto ser especialmente húmedo, con un 35% más de precipitaciones que la media (235 mm. en Auritzberri/Espinal) y frío, más de 1ºC por debajo de los valores medios. Entre el 27 y 29 de noviembre se registraron fuertes precipitaciones de nieve, con más de medio metro de espesor acumulado en los montes.

En cuanto a diciembre, las precipitaciones podemos calificarlas de torrenciales, ya que supusieron un 224% de los valores medios, distribuidos en solo treces días de lluvia o nieve, lo que dio como resultado fuertes inundaciones. En la estación de Aurizberri/Espinasl se registraron 381 mm de precipitación., de los cuales 111 mm. cayeron en 24 horas.

Con enero llegaron las heladas, con 23 jornadas registrando temperaturas por debajo de 0ºC. El observatorio de Aurizberri/Espinal dio una temperatura mínima de -10,5ºC. Las precipitaciones volvieron a ser superiores a la media, aunque otra vez concentradas en pocos días a principios de mes.

Todo lo contrario sucedió en febrero, al ser especialmente cálido, 5ºC por encima de la media y muy seco, con valores de precipitación inferiores al 30% del promedio histórico.

Tan solo noviembre y diciembre se han mostrado húmedos

Por último, marzo mostró temperaturas superiores a la media y precipitaciones otra vez por debajo de los valores considerados normales.

En resumen, la meteorología como es habitual en una especie migratoria como la becada ha condicionado en gran medida la presencia de estas aves en La Casa, en este caso por un otoño/invierno marcado por los fenómenos meteorológicos extremos en el que a un fuerte sequía le han seguido nieve y lluvias torrenciales. El defecto de precipitaciones en octubre junto con las fuertes nevadas a finales de noviembre (En plena migración de las becadas) y las lluvias torrenciales de diciembre no han contribuido a una presencia elevada de becadas.

El factor “rata topera”

Como decimos, la sequía del arranque del otoño no presagiaba un buen estado de las praderas de alimentación de las becadas. Así lo constatamos en las primeras salidas de anillamiento, ya que la tierra de las praderas parecía auténtica arena. Pero además se apreciaban algunos prados seriamente dañados por la acción de un pequeño animal que en los últimos años se está haciendo notar en el Pirineo Navarro.

Se trata de la rata topera (Arvicola terrestris), un roedor de tamaño mediano. Según señala la revista Navarra Agraria estamos ante una especie que construye madrigueras subterráneas cuya entrada cierra con un montículo de tierra similar al de los topos pero de tamaño ligeramente menor y con entrada diagonal en lugar de vertical. Además, los montones construidos por la rata topera se distribuyen en pequeñas agrupaciones a modo de “corros”, en lugar de alineadas como sucede en el caso de las madrigueras de los topos, lo que permite diferenciar fácilmente a ambas especies. Se alimenta tanto de raíces y bulbos como de partes aéreas de plantas pratenses.

Efectos de las ratas toperas en los prados. Foto de la revista “Navarra Agraria”

Lo cierto es que muchos prados estaban casi impracticables, con gran parte del terreno levantado, lo que en un primer vistazo no creemos que los hiciera muy apetecibles para las becadas. La abundancia de toperas también dificultaba la localización de las becadas, unido a que los agujeros causados por tejones en busca de estos roedores eran un serio peligro para los tobillos de los anilladores.

Si esto no fuera suficiente hemos notado una sorprendente densidad de zorros, gatos monteses y tejones, además de rapaces nocturnas (Cárabo y búho chico), probablemente atraídos por la abundancia de ratas toperas. Si bien en ningún momento se ha percibido que ataquen a las becadas, más bien ignoran a estas aves, también es cierto que tal cantidad de potenciales predadores no ayudará a que haya pájaros en los prados.

Anillamiento

Se iniciaba la temporada de anillamiento con la díficil expectativa de acercarnos a los espectaculares resultados de la anterior temporada.

Becada a punto de ser anillada junto a su rastro

La primera sesión se realizó el 13 de octubre, como decía, constatando la coyuntura de un terreno excesivamente seco. El 27 de octubre se avistaba y capturaba la primera becada de la temporada.

A partir de esa fecha y con los prados en mejor estado por las primeras lluvias se sucedieron los avistamientos y capturas, todavía con cuentagotas, sin notarse una entrada masiva. Una clara señal de que el flujo migratorio no se estaba dirigiendo a Garralda fue que la gran mayoría de las becadas atrapadas eran ejemplares adultos, muchos anillados en anteriores temporadas.

Desplazamientos de las becadas anilladas en Garralda desde 2020 y recuperadas por caza

Sin embargo, la noche del 14 de noviembre la tendencia dio un vuelco con una entrada brutal de pájaros, contando un total de 50 ejemplares. Mientras estábamos anillando las becadas otras sordas se posaban alrededor, indicando que estábamos asistiendo a la migración en directo. El hecho de encontrar bastantes becadas agrupadas y en lugares muy específicos también contribuía a interpretar que se trataba de ejemplares recién aterrizados y no asentados en la zona. En las jornadas siguientes se sucedieron las capturas, con una característica común, todas eran becadas jóvenes, al contrario de los que habíamos visto hasta la fecha. Unas noches para recordar.

Probablemente estas becadas venían huyendo del temporal de nieve que se avecinaba y ya la noche del 26 de noviembre notamos un bajón importante, justo con los primeros copos. Al día siguiente los prados se cubrían de una gruesa capa que duró casi hasta Navidad, por lo que la actividad de anillamiento se vio interrumpida.

Al contrario de lo acontecido en la temporada 2019/2020, en esta campaña no se han detectado nuevas entradas de becadas durante diciembre, por lo que la densidad de aves en este mes ha sido realmente discreta. En contraste, a lo largo de enero disfrutamos de una presencia mayor de ejemplares de los que a priori cabría esperar, por lo que poco a poco se va desmontando la teoría de la existencia de “zonas exclusivas de paso”. Si bien notamos en La Casa un fuerte flujo migratorio en determinadas fechas, no es cierto que las becadas desaparezcan fuera de esos días, al contrario, hay una nada despreciable cantidad de becadas que se quedan en Garralda a pasar el invierno.

Becada recién capturada

Febrero ha sido un mes en el que poco a poco hemos notado un paulatino descenso de la densidad de becadas, reflejo de la contrapasa adelantada de esta temporada. En marzo la presencia de becadas en La Casa ha sido exigua, salvo un pequeño coletazo hacia el 12 de marzo. Ya a partir del 20 de marzo desaparecieron las becadas. El grueso de la migración primaveral este año ha pasado de largo.

En cuanto a cifras, en la campaña de anillamiento han participado cinco anilladores del Grupo Scolopax (Unai Gardoki, Zarbo Ibarrola, Rubén Ibáñez, Miguel Minondo y Daniel Ursua), invirtiendo un total de 82,4 horas (95 horas en 2020/21) distribuidas en 31 jornadas (36 jornadas en 2020/21). Este menor número de horas de muestreo viene dado principalmente por la nieve que cubrió las praderas de Garralda durante los últimos días de noviembre y buena parte de diciembre, lo que impidió las labores de anillamiento.

En total se han observado 286 becadas, lo que supone una clara disminución si lo comparamos con las 338 sordas encontradas en 2020/21. De estas becadas avistadas se lograron capturar 87 ejemplares, un 30,4% de efectividad. En la temporada 2020/21 entraron en la red 124 becadas, con una mayor efectividad del 37%. Seguramente esta caída del porcentaje de éxito a la hora de atrapar a las becadas se deba a la mayor proporción de ejemplares adultosy/o anillados en las campas y por lo tanto más resabiados.

Del total de becadas capturadas se han anillado 64 aves. El resto correspondían a ejemplares ya marcados en esta o anteriores temporadas. En 2020/21 se colocaron 114 anillas.

Como decimos, 23 de las 87 becadas atrapadas (10 en 2020/21) han sido pájaros anillados con anterioridad, lo que da un porcentaje de un 26,5% de recapturas. El tiempo medio durante el que han portado anilla estas becadas recuperadas por anillamiento ha sido de 431 días, con una gran horquilla que va desde un máximo de 3650 días a un mínimo de 2 días.

Si tomamos el dato de la proporción de recapturas (Becadas ya anilladas) en relación al número total de becadas atrapadas en Garralda y la comparamos respecto al resto de zonas prospectadas en Navarra esta temporada, tenemos que en La Casa de la Becada es de un 26,5%, mientras que para el resto de Navarra cae a un 9,12%. Esto da idea del importante papel que una reserva de caza juega como elemento de conservación de la población de becadas.

Más aún, en zonas de gran presión del norte de Navarra la proporción de becadas recapturadas durante la pasada temporada de caza ha sido de un escaso 1%.

En la Gráfica 2 se puede apreciar la evolución positiva del porcentaje de recapturas en Garralda desde que comenzó el trabajo de anillamiento en la temporada 2019/2020.

Para obtener el valor relativo de densidad de becadas nos fijaremos en el índice de abundancia nocturna (IAN1). Ésteha sido de 3,47becadas avistadas por hora de muestreo, lo que indica una bajada respecto al año 2020/21 en el que este valor fue de 3,53, lo que confirma que al menos en las praderas de anillamiento esta temporada fue peor que la anterior.

La proporción de jóvenes o âge-ratio entre las becadas anilladas se ha quedado en un 50,6% (55,75% en 2020/21 y 48% en 2019/20), valor que se puede considerar como bastante bajo, un 3% menor de lo observado para el resto de becadas anilladas esta temporada en Navarra fuera de La Casa.

En cuanto a las becadas anilladas en Garralda y recuperadas por caza en la temporada 2021/2022 tenemos siete ejemplares, el mismo número que el año pasado. Cinco de estas becadas habían sido anilladas en esta misma temporada y las otras dos lo fueron en la 2020/21. Como novedad, este año ha aumentado la distancia a la que han sido recuperadas las becadas por caza respecto a otros años, tan solo dos recuperaciones se ha realizado a menos de 15 kilómetros, siendo la distancia máxima respecto a Garralda de una becada cazada 336 kilómetros (Villaviciosa, Asturias), había sido anillada en marzo de 2021.

Siete de las becadas anilladas este año en Garralda han sido cazadas y comunicadas

Tres de las becadas anilladas en noviembre fueron recuperadas por caza en áreas cercanas al mar Cantábrico (Gipuzkoa, departamentos franceses de Pirineos Atlánticos y Landas), posiblemente empujadas a estas zonas más templadas a causa de las nevadas de noviembre/diciembre.

Censos con perro

En lo que respecta a los censos de becadas con perro, lo cierto es que hemos mejorado las cifras de participación de la temporada pasada, pero creemos que es mejorable, en especial en la utilización de permisos reservados. De 460 jornadas de censos disponibles para toda la temporada se reservaron 138 permisos, pero finalmente se realizaron 62 censos, lo que constituye un 14% de “ocupación”. Los adjudicatarios de cada permiso se presentaron a perrear en Garralda en menos de la mitad de ocasiones. Para el año que viene intentaremos encontrar fórmulas para que mejore el grado de participación.

Mejores densidades de becadas que en la temporada 2020/21

Del total de jornadas de censos realizadas se ha volcado información de 37 salidas en la aplicación del “Proyecto Becada”, por lo que hubo bastantes jornadas disfrutadas y que no se apuntaron o se hizo de manera errónea. Recordamos que introducir los resultados de la jornada de censo obviamente es un requisito para volver a participar en los mismos. Por tanto, tenemos un total de 124 horas de muestreo, en las que se han avistado 43 becadas. Así, la densidad de becadas media calculada mediante el ICA (Becadas vistas para una jornada teórica de 3,5 horas) se ha quedado en 1,21, valor que podemos considerar en la media de lo que puede dar la reserva, superando con creces el obtenido en la temporada 2020/21 que fue de 1,01.

Por meses, la mayor densidad de becadas se produjo en noviembre, con un ICA medio de 1,58, mientras la menor abundancia correspondió a octubre con un valor de 0,83.

Censos invernales de becadas

Radioseguimiento

Allá por el mes de octubre anunciábamos la puesta en marcha de una iniciativa en Garralda mediante el marcaje de diez becadas con radiotransmisores, proyecto cuyo objetivo es obtener información más específica que la aportada por el anillamiento científico. La financiación de los aparatos corrió a cargo del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. En esta ocasión apostamos por el producto de aquí, adquiriendo los transmisores a una empresa ubicada en Córdoba, Microsensory. Al tratarse de unos transmisores nuevos siempre tratamos de hacer un chequeo exhaustivo antes de tomar la decisión de ponérselos a una becada, al fin y al cabo se trata de un ser vivo que merece el máximo respeto y tratamiento ético.

Rubén e Izas equipando a una de las becadas con un emisor

El plazo establecido fijaba la fecha de colocación de los transmisores a finales de noviembre, pero las tempranas nevadas caídas retrasaron un mes la operación. No nos pareció conveniente someter a las becadas a una operación de tanto estrés en una época en la que no estaban al 100% de sus facultades a causa de la nieve y el frío.

Finalmente el 8 de enero y después de unas Navidades más templadas decidimos equipar dos becadas y ver su reacción. Para ello se desplazaron a Garralda Rubén e Izas (¡Gracias!!!) quienes se iban a encargar de colocar el aparato de 5 gramos a las becadas mediante una arnés diseñado específicamente para esta ave, a modo de mochila. El aparato emite gracias una batería cargada por unos paneles solares acoplados al propio dispositivo y su ubicación puede ser captada a través de un receptor consistente en una pequeña antena.

En poco más de media hora y tras intentarlo con varias sordas muy desconfiadas, conseguíamos atrapar dos ejemplares y comenzaba la operación de marcado. En apenas cinco minutos, un visto y no visto, gracias a la profesionalidad y habilidad de Rubén e Izas, las becadas ya estabas volando con sus pequeñas mochilas. Por un lado teníamos a una habitual de La Casa, había sido anillada en noviembre de 2020. Entonces ya era una becada adulta, por lo que podemos suponer que al menos este es su tercer invierno en Garralda.

La bautizamos como «IRATI» en honor a los fabulosos bosques que dan cobijo a nuestra amigas.

La otra becada, llamada “AEZKOA”, también era un individuo adulto, como ha sido habitual este año en Garralda, en este caso por el estudio de la muda de las plumas de sus alas podemos saber que se encuentra al menos en su cuarto año calendario de vida. Sus 315 gramos de peso le permiten llevar la mochila de 5 gramos con solvencia.

Desplazamiento de “Irati” entre sus zonas de descanso diurnas y alimentación nocturna

Durante las jornadas siguientes hubo nervios por saber si todo iba bien con las dos becadas y sus emisores daban señales de calidad. Pronto salíamos de dudas y la antena captaba la localización de “IRATI” en una zona baja del monte, entre acebos y avellanos y a un kilómetro escaso en línea recta del prado donde fue anillada. En el mes siguiente fue muy precisa en la elección de sus lugares de alimentación y descanso, salvo durante las noches de mayor helada en la que permaneció en el bosque. Es llamativo que las noches en las que ha salido a comer en campo abierto ha elegido el mismo palmo de terreno de pradera donde fue capturada.

En el caso de «AEZKOA» las primeras emisiones en los días siguientes las dio desde el fondo de una regata a escasos 500 metros del lugar donde fue marcada. Sin embargo y después de unos días de fuertes heladas perdimos su señal y el temor era que hubiese sido depredada o cazada. Para nuestro alivio, un dispositivo de búsqueda la localizaba unos días después a casi 4 kilómetros en línea recta. Probablemente las fuertes heladas de enero la habían obligado a refugiarse en una zona más baja y soleada. Allí ha permanecido hasta ahora, con pequeños desplazamientos a las praderas contiguas para alimentarse. De hecho, en las últimas jornadas de marzo permanecía en el mismo lugar, así que queda por descubrir si está retrasando la migración o se trata de una becada residente.

Volviendo a “IRATI”, el 8 de febrero captábamos por última vez su señal. Dado que durante los días posteriores ya se notó un primer movimiento de contrapasa creemos que esta becada partió rumbo al Norte a mediados de febrero.

No queremos dejar de agradecer a la Sección de Caza del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra por el apoyo a este estudio en La Casa de la Becada.

Esto ha sido todo durante el otoño e invierno por Garralda. A lo largo de abril y mayo se realizarán los censos de posibles becadas nidificantes, el “Proyecto Roding”, con la vista puesta en la temporada que viene, que promete ser mucho mejor.

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“Aezkoa” se une a “Irati”

¡Hola a tod@s! en la anterior entrada del blog adelantábamos las primeras andanzas de “IRATI”, una becada que había sido anillada en noviembre de 2020 y a la que equipamos el 8 de enero con un radiotransmisor. Pero aquella noche hubo otra becada que también se marchó con “mochila”. El problema es que tras unas primeras emisiones en La Casa de la Becada se trasladó a otro coto donde sí se caza esta especie y por seguridad hacia ella hasta ahora se la había mantenido en el anonimato.

Becada cerca de lo que podría considerarse “brevirrostra”, longitud de pico menor a 55 milímetros

Como decimos, esta becada a la que bautizamos como “AEZKOA” fue marcada también el 8 de enero en una zona de pastizal. Las primeras emisiones en los días siguientes las dio desde el fondo de una regata a escasos 500 metros del lugar donde fue marcada. Al igual que “IRATI”, en el caso de “AEZKOA” también estamos ante un ejemplar adulto y por el estudio de la muda de las plumas de sus alas podemos saber que se encuentra al menos en su cuarto año calendario de vida. Sus 315 gramos de peso le permiten llevar la mochila de 5 gramos con solvencia.

Plumas casi negras de una becada melánica

Tras unas primeras emisiones muy fructíferas cerca del lugar donde la capturamos, de pronto perdimos la señal de “AEZKOA” y el temor era que hubiese sido depredada. Para nuestro alivio, un dispositivo de búsqueda la localizaba unos días después a casi 4 kilómetros en línea recta. Probablemente las fuertes heladas de enero la habían obligado a refugiarse en una zona más baja y soleada. Allí ha permanecido hasta ahora, con pequeños desplazamientos a las praderas contiguas para alimentarse.

En cuanto a las labores de anillamiento en Garralda, la primera mitad de febrero ha mostrado un notable movimiento de becadas, algunas cargadas de grasa e individuos jóvenes. Este cambio de patrón respecto a enero podría indicar un adelanto de las fechas de migración primaveral. Y no es extraño viendo la meteorología de este mes, más propia de finales de marzo, lo que ha podido impulsar a las primeras becadas a iniciar su viaje hacia el Norte.

Hayas centenarias

Una de estas becadas migrantes podría ser “IRATI”, ya que en los dos últimos controles no ha dado señal y tampoco ha podido ser localizada en su praderas habituales, por lo que una de las razones podría estar en un inicio de la migración. Es algo que iremos confirmando en las próximas semanas.

Es de esperar que en la primera quincena de marzo y al igual que en años anteriores haya nuevas jornadas de “Rock & Roll” coincidiendo con las fechas habituales del pico migratorio de regreso a sus cuarteles de cría.

Como anécdota, seguimos sufriendo en los prados con la abundante presencia de montones de tierra provocados por la actividad de la rata topera (Arvicola scherman) Creemos que además del grave perjuicio que está produciendo a los ganaderos de la zona, en lo que respecta a nuestra actividad está causando que los pastizales habituales de alimentación para las becadas no estén con la misma capacidad de acogida. A esto habría que sumarle la increíble densidad de depredadores que atraídos por la rata topera también podrán estar influyendo en las becadas. Y es que todas las noches nos encontramos con numerosos gatos monteses, zorros o tejones en los pastizales en sus incursiones en busca de la citada rata.

Seguiremos informando.

Una escocesa en La Casa de la Becada

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“Irati” vuela en su Casa

¡Hola a tod@s! Como es habitual las semanas más crudas del invierno suelen traer pocas novedades al proyecto de La Casa de la Becada, el grueso migratorio ya hace bastantes semanas que pasó y en Garralda permanecen las viejas guerreras. Lo cierto es que es admirable como algunas becadas aguantan el duro clima invernal del Pirineo y a pesar de la nieve y las fuertes heladas de enero se aferran a la zona donde han invernado en años anteriores.

Atardecer en Garralda con el pico de Ori al fondo

Los pesos de las becadas capturadas en las salidas de anillamiento, así como su contenido en grasa confirman que no andan sobradas de alimento, pero ellas saben que en La Casa están seguras y prefieren apostar seguro.

Como decimos, las sesiones de anillamiento durante el mes de enero e inicios de febrero se han saldado con pocas becadas nuevas marcadas y muchos autocontroles, es decir, becadas que ya están anilladas y que aportan una valiosísima información sobre la longevidad y costumbres de estás maravillosas aves. De está manera hemos podido capturar sordas cuyo plumaje y fecha de anillamiento indican que se encuentran en su quinto año de vida o más, un dato destacable ya que una becada es raro que pase de los dos años y medio en lugares con una presión cinegética elevada.

En las últimas salidas se aprecia un pequeño incremento en la densidad de pájaros, estamos en las fechas previas a la migración prenupcial y tal vez se empiezan a producir los primeros movimientos.

Hayedo en invierno

Por otro lado y allá por el mes de octubre anunciábamos la puesta en marcha de una iniciativa en Garralda mediante el marcaje de varias becadas con radiotransmisores, proyecto cuyo objetivo es obtener información más específica que la aportada por el anillamiento científico. En esta ocasión apostamos por el producto de aquí, adquiriendo los transmisores a una empresa ubicada en Córdoba, Microsensory. Al tratarse de unos transmisores nuevos siempre tratamos de hacer un chequeo exhaustivo antes de tomar la decisión de ponérselos a una becada, al fin y al cabo se trata de un ser vivo que merece el máximo respeto y tratamiento ético.

El plazo establecido fijaba la fecha de colocación de los transmisores a finales de noviembre, pero las tempranas nevadas caídas retrasaron un mes la operación. No nos pareció conveniente someter a las becadas a una operación de tanto estrés en una época en la que no estaban al 100% de sus facultades a causa de la nieve y el frío.

Finalmente a principios de enero y después de unas Navidades más templadas decidimos equipar una becada y ver su reacción. Para ello se desplazaron a Garralda Rubén e Izas (¡Gracias!!!) quienes se iban a encargar de colocar el aparato de 5 gramos a la becada mediante una arnés diseñado específicamente para esta ave, a modo de mochila. El aparato emite gracias una batería cargada por unos paneles solares acoplados al propio dispositivo y su ubicación puede ser captada a través de un receptor consistente en una pequeña antena.

Operación de equipado de la becada con el radioemisor

En poco más de media hora y tras intentarlo con varias sordas muy desconfiadas, conseguíamos atrapar una becada y comenzaba la operación de marcado. En apenas 5 minutos, un visto y no visto, gracias a la profesionalidad y habilidad de Rubén e Izas, la becada ya estaba volando con su pequeña mochila. Se trataba de una habitual de La Casa, había sido anillada en noviembre de 2020. Entonces ya era una becada adulta, por lo que podemos suponer que al menos este es su tercer invierno en Garralda.

La bautizamos como “IRATI” en honor a los fabulosos bosques que dan cobijo a nuestra amigas.

Momento en el que “Irati” es liberada

Durante las jornadas siguientes hubo nervios por saber si todo iba bien con “Irati” y su emisor daba señales de calidad. Pronto salíamos de dudas y la antena captaba la localización de la becada en una zona baja del monte, entre acebos y avellanos y a un kilómetro escaso en línea recta del prado donde fue anillada. En el mes que llevamos siguiéndola ha sido muy precisa en la elección de sus lugares de alimentación y descanso, salvo durante las noches de mayor helada en la que permaneció en el bosque. Es llamativo que las noches en las que ha salido a comer en campo abierto ha elegido el mismo palmo de terreno de pradera donde fue capturada.

Una vez terminada la temporada de caza respiramos tranquilos y confiamos en que “Irati” seguirá aportando información valiosa hasta que decida partir al lejano Norte.

No queremos dejar de agradecer a la Sección de Caza del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra por el apoyo a este estudio en La Casa de la Becada.

Todavía se ha podido disfrutar de bonitas jornadas de censos con perro durante enero