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Anillamiento científico Biología Temporada 2022/2023

Año de nieves…

Muy buenas. Después de unas Navidades en las que se han batido récords de calor en Europa, a mitades de enero por fin ha llegado el invierno a nuestras tierras en forma de precipitaciones de nieve y fuertes heladas. El temporal se inició el 16 de enero con unas nevadas valoradas por Aemet entre las mayores de lo que llevamos de siglo en el Pirineo navarro. En Garralda se alcanzaron los 60 centímetros, bastante más en los montes circundantes. Estas nevadas, sin ser tampoco excepcionales, vinieron acompañadas de temperaturas muy bajas en los días siguientes, lo que ha provocado que el manto blanco apenas se haya fundido desde entonces.

Aspecto de Garralda el 28 de enero, buena nevada

Condiciones difíciles para los habitantes de estos valles, aunque ya están bastante habituados al clima duro durante el invierno, estas nieves no dejan de trastornar los quehaceres cotidianos. Sin embargo, este año la nieve es especialmente bienvenida, tras meses de sequía, es muy necesaria para empapar el suelo y llenar fuentes y manantiales. Para la fauna salvaje también son jornadas complicadas. Con poco alimento disponible, los animales reducen al máximo su actividad para ahorrar la mayor energía posible.

Hayedo de Garralda con su traje de invierno

Entre los animales que más se ven afectados por esta climatología se encuentran las becadas. Debido a su metabolismo necesitan ingerir una gran cantidad de invertebrados, fundamentalmente lombrices, que consiguen clavando su pico en el suelo. Cuando el terreno se cubre de nieve las lombrices se vuelven inaccesibles, salvo en las pocas zonas que quedan al descubierto, normalmente lugares donde corre el agua. Si la temperatura baja de 0ºC y especialmente cuando el mercurio permanece en valores negativos incluso durante el día, las cosas se complican. El suelo permanece helado todo el día, por lo que muchas becadas se ven obligadas a abandonar momentáneamente estos lugares en busca de zonas más bajas y templadas.

Becada capturada y anillada con un peso muy bajo

En ocasiones, la fidelidad de estas aves a sus lugares de invernada provoca que aguanten hasta el último momento antes de partir. Existen casos documentados de grandes mortandades de becadas debido a que temporales de frío muy prolongados terminaron por consumir sus reservas y para cuando quisieron marcharse era demasiado tarde.

Particularmente famosa fue la ola de frío ocurrida en febrero de 2012 en Francia, con muchas becadas encontradas muertas o con comportamiento anómalos, alimentándose a plena luz del día en los jardines de las casas.

Estos días hemos notado un desplazamiento de becadas a zonas más protegidas y libres de nieve y durante las sesiones de anillamiento se ha constatado en ciertos valles que las aves tenían dificultad para acceder al alimento. Becadas capturadas muy delgadas, en el chasis, con pesos alrededor de 270 gramos (Lo normal es 320 gramos) y comportamientos extraños, con confianza hacia el ser humano.

Pradera helada en la que las becadas apenas pueden encontrar alimento en las pocas zonas libres de nieve.

También la captura por caza de aves anilladas en Garralda nos vuelve a mostrar un comportamiento que ya viene siendo habitual cuando llega la nieve y el frío a La Casa de la Becada. Se trata de un desplazamiento de las aves a la cara norte del Pirineo, buscando las comarcas más bajas y templadas en Francia debido a la proximidad del mar Cantábrico.

Comportamiento extrañamente confiado de una becada en el único lugar del prado libre de nieve.

En este sentido, una becada anillada el 14 de diciembre en Garralda era cazada el 27 de enero muy cerquita de Baiona, un movimiento que estamos viendo estos últimos años. Al final estamos hablando de un ave migratoria que no entiende de fronteras y se mueve de aquí para allá en función de las condiciones que se va encontrando.

Movimiento de una becada anillada en Garralda y cazada a orillas del Cantábrico

De lo estudiado por José Luis Guzmán en su trabajo de radioseguimiento sobre becadas desarrollado en Álava, sabemos que normalmente un buen número de estos pájaros cuando las condiciones mejoran vuelven a los lugares donde estaban pasando el invierno. Otros, si las características de su nuevo hogar son idóneas permanecen allí hasta que emprenden el viaje de regreso a sus cuarteles de nidificación.

Por suerte para las becadas las previsiones meteorológicas indican un aumento de las temperaturas en las próximas jornadas. Cuando la nieve comience a retirase podremos comprobar el número de irreductibles becadas que todavía aguantan en los hayedos pirenaicos.

¡Hasta otra!

NOTA: Todos los vídeos y fotos de este blog han sido tomados en el curso de las sesiones de anillamiento científico autorizadas por las Administraciones correspondientes.

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