Muy buenas. Dentro del programa de seguimiento de becadas por satélite en Garralda, iniciativa que ha contado con el apoyo del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, hace dos años apostamos por una empresa nacional, Microsensory, para adquirir los aparatos que iban a ser colocados en las becadas.
Lo cierto es que los emisores en un primer momento no dieron el resultado que esperábamos, sabiendo de antemano que la becada es un ave muy complicada por sus hábitos nocturnos que dificultan la carga de la batería del trasmisor mediante la placa solar acoplada al mismo. Sin embargo, tras unos retoques en la propia empresa proveedora nos llegaron a última hora de la temporada de migración primaveral unos emisores mejorados. Esto nos permitía afrontar en la última salida de anillamiento de la campaña el intento de captura y marcaje de una becada.
Así, la noche del 24 de marzo salíamos al campo con la intención de que sonara la flauta, sabiendo que la temporada de migración primaveral, ya de por sí floja, estaba dando sus últimos coletazos. La meteorología tranquila, sin lluvia ni apenas nubes y unos prados realmente secos tampoco iban a ser nuestros aliados.
Sin embargo y cuando ya dábamos la empresa por imposible, localizamos una becada, como se suele decir, de txiripa, pues estaba quieta como una estatua en el alto de un prado que presentaba la hierba bastante alta. Tan solo asomaba ligeramente la cabeza entre la maleza, pero el brillo de los ojos le traicionaron. Una aproximación en modo Apache permitió “echarle el guante”. Fuerte descarga de adrenalina del equipo “Scolopax”, misión cumplida.
En pocos minutos y en las manos expertas de Rubén la becada, bautizada “Aranea”, era equipada con el PTT y anillada. Se trata de un ave joven de 340 gramos, bien gordita, a la que seguramente pillamos en pleno viaje migratorio. Tras una foto de rigor volaba libre. Dentro del proyecto “Scolopax sin Fronteras” del CCB se trata de la becada marcada por satélite en fecha más tardía.
En las jornadas posteriores íbamos a salir de dudas sobre el verdadero rendimiento de los emisores mejorados. Tras unos días de incertidumbre nos llegaba la primera localización buena de “Aranea”, el 30 de marzo. Ya había abandonado La Casa de la Becada y emitía desde el noreste de Francia, en el bosque de Chaume, en el departamento de Nièvre, a casi 700 kilómetros de Garralda. Lo gracioso es que el paraje donde se situaba recibe el nombre de Combe de la Bécassiere, que traducido sería algo así como “vallejo de la becada”.
La mejor señal era que “Aranea” iba a seguir emitiendo con bastante regularidad en las jornadas siguientes, dando además localizaciones de muy buena calidad, motivos para ser optimistas.
El 11 de abril recibimos novedades, un nuevo desplazamiento hacia el Noreste daba como resultado la localización de la becada ya en Alemania, muy cerca de la ciudad de Frankfurt. “Aranea” sumaba casi otros 500 kilómetros en su periplo migratorio.
Esto supuso un acelerón en su viaje, ya que dos días después, el 13 de abril, volvía a mandar señales, esta vez desde Polonia. 650 kilómetros más de vuelo hasta situarse cerca de la ciudad de Poznan.
Sin embargo, ésta iba a ser la última buena noticia, ya que tras una nueva emisión el 14 de abril llegó el temido silencio que tantas veces hemos padecido en la historia de este proyecto. No sabemos si se trata de un fallo del emisor, falta de carga o simplemente la becada había sido depredada, pero desde ese momento dejamos de tener noticias de “Aranea”.
Ahora nos queda la esperanza de que el ave siga viva y en breve retome la migración de vuelta y ¿Por qué no? Podamos avistarla de nuevo en Garralda.
En cualquier caso, las novedades que tengamos al respecto las iremos publicando en este Blog.
Muy buenas. Siguiendo con la recopilación de contenidos pendientes de la temporada pasada, rescatamos este post sobre lo que han sido las actividades de anillamiento en Garralda, pero esta vez con otra especie como objetivo, la codorniz común o coturnix coturnix.
Esta pequeña galliforme de unos 90 gramos de peso, a pesar de su aspecto rechoncho y débil es capaz de volar largas distancias durante sus viajes migratorios que le llevan del África subsahariana hasta el Norte de Europa.
A pesar de los múltiples peligros que la acechan, principalmente la degradación de sus hábitat debido a las prácticas agrarias modernas y al cambio climático, junto con una actividad cinegética poco adaptada a la modificación de sus poblaciones, la codorniz sobrevive gracias a su gran capacidad reproductora. Esta por ver si dicha capacidad es suficiente para compensar a largo plazo estas amenazas.
Como decimos, un buen número de codornices que llegan a la Península Ibérica procedentes de África a principios de primavera se van desplazando hacia el Norte a medida que el calor y la cosecha del cereal las van expulsando. Para ello, atraviesan los Pirineos utilizando los collados que le son más favorables y aquí la zona de Garralda es un territorio clave.
Además, algunas codornices eligen estas frescas praderas pirenaicas para sacar sus polladas. En el mes de mayo se comienzan a escuchar los primeros reclamos de los machos, con su clásico “pal-pa- lá” y en junio se suele producir el pico migratorio. Una vez se siegan las hierbas, muchas de la codornices que estaban asentadas prosiguen el camino hacia el Norte o siguen ascendiendo en altitud hasta superar fácilmente los 2.000 metros, mientras que muchos machos también realizan movimientos de dispersión en distintas direcciones buscando otros territorios que alberguen hembras receptivas.
A partir de mediados de agosto se produce el movimiento inverso y las codornices que han pasado el verano en Europa poco a poco emprenden el viaje hacia sus cuarteles de invernada en África. En octubre ya pocas codornices quedan entre nosotros, aunque en los últimos tiempos también se aprecia una creciente sedentarización en ciertas zonas debido al cambio climático y algunos cultivos que les son favorables.
Durante la primavera aprovechamos para realizar alguna sesión de anillamiento de codornices en Garralda. Esta temporada, muy probablemente debido a la gran sequía que ha habido en el Sur y Centro de la Península, las codornices se han visto obligadas a subir antes y en mayor número, lo que ha redundado en unas jornadas de anillamiento bastante fructíferas, bastante por encima de los resultados de 2022.
Las capturas son marcadas con una anilla metálica con un código numérico único. También son sexadas, pesadas, se toman distintas medidas biométricas, además de una valoración de la grasa y masa muscular corporal. Por último de determina su edad para conocer si se trata de un ejemplar joven o adulto. Si se caza una codorniz los datos pueden ser volcados en la web de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que responderá con los datos de anillamiento del ejemplar capturado.
Esperamos que estos ejemplares marcados proporcionen una valiosa información sobre las dinámicas de población y desplazamientos de estas simpáticas avecillas y estos trabajos aporten un pequeño grano de arena que aporte algo de luz para que la gestión de esta especie sea sostenible.
Permaneced atent@s porque en fechas próximas seguiremos subiendo más contenidos al Blog.
Muy buenas. Después de un tiempo desconectados y para ir calentando motores de cara a la temporada que poco a poco se acerca, vamos a ir actualizando contenidos del Blog con algunas publicaciones que se han quedado en el tintero desde la pasada primavera.
Empezamos haciendo un resumen de lo que fueron los trabajos científicos realizados en la última temporada 2022/23, dejando a un lado las actividades de seguimiento de becadas por satélite a la espera de mayor número de datos.
Anillamiento
Los trabajos de anillamiento científico de becadas en Garralda se iniciaron en febrero de 2020 con las primeras sesiones regulares de anillamiento. En septiembre de 2020 se creó la Casa de la Becada y ya entonces se estableció un calendario de salidas de anillamiento que compaginara un muestreo suficiente del terreno con la tranquilidad necesaria para las aves y resto de fauna. Por ello, durante la temporada de anillamiento se propone un mínimo de una salida semanal y un máximo de tres. La prospección nocturna de las praderas está basada en el desplazamiento que realizan las becadas al anochecer desde las zonas forestales en las que permanecen durante el día hacia las praderas donde encuentran, por un lado, su alimento (Lombrices de tierra) y por otro, una mayor protección frente a los depredadores.
Esta labor de marcaje de aves es efectuada por anilladores expertos y/o específicos de becada avalados por la Oficina de Anillamiento de Aranzadi y englobados dentro del grupo de anillamiento “Scolopax”. La metodología utilizada ya ha sido explicada anteriormente.
Al comienzo del estudio se dividió el término municipal de Garralda en ocho zonas distintas de anillamiento, de las cuales y después de los primeros recorridos se han considerado que cinco grupos de praderas presentan una mayor potencialidad para la becada y, por consiguiente, son las que se monitorizan más frecuentemente.
La densidad de becadas en las praderas viene determinada, lógicamente, por la cantidad de aves presentes en los bosques cercanos, por el flujo migratorio de aves que atraviesan un lugar y que pudieran detenerse momentáneamente a alimentarse y por la cantidad de alimento existente en la capa más superficial del terreno. En el caso de las becadas presentes en zonas con mayor influencia atlántica, el 80% de su dieta está compuesta por lombrices de tierra.
Hemos dividido la temporada de anillamiento en Garralda en tres periodos, en función de la más probable fenología de las aves presentes en los prados:
Migración postnupcial: Del 15 de octubre al 15 de diciembre.
Invernada estricta: Del 15 de diciembre al 15 de febrero.
Migración prenupcial: Del 15 de febrero al 1 de abril.
A la hora de valorar a priori el éxito de una temporada de anillamiento en cuanto a densidad de aves, también hacemos hincapié en el análisis de las condiciones meteorológicas en los meses precedentes, ya que de la humedad y temperatura depende en gran parte la presencia de un mayor o menor contenido de micro invertebrados en los prados. Así y de acuerdo con los datos proporcionados por Meteo Navarra y las estaciones meteorológicas más próximas a Garralda (Aurizberri/Espinal y Aribe) las precipitaciones en el periodo de tres meses anteriores a la llegada del mayor contingente de becadas a Garralda (Verano-otoño de 2022) no han llegado al 40% de los valores promedio, mientras que las temperaturas han superado ampliamente la media.
Así, la capacidad de acogida para las becadas de las praderas de alimentación durante la temporada de migración postnupcial del año 2022 ha estado muy lejos de lo considerado como óptimo.
Migración postnupcial
Los trabajos de anillamiento durante el primer periodo de migración otoñal se iniciaron el 21 de octubre, prolongándose hasta el 15 de diciembre. Han trabajado cuatro anilladores, efectuándose un total de 20 sesiones de anillamiento, lo que constituye un cómputo global de 51 horas de prospección.
En este tiempo se han observado 116 becadas, lo que da un Índice de Abundancia Nocturna de 2,27 becadas/hora, muy lejos de los valores obtenidos para la temporada de migración otoñal 2021/2022 (4,86 becadas/hora) o 2020/2021 (3,91 becadas/hora) Por tanto, podemos considerar la densidad de aves en la migración de becadas 2022 como muy baja, valor esperado dadas las condiciones meteorológicas (Vientos contrarios a la migración, altas temperaturas y sequía) antes y durante el periodo migratorio.
De estas becadas avistadas se han capturado 42 ejemplares, lo que da una efectividad del 36%, valor considerado normal. La cifra de capturas también queda muy por debajo de la obtenida en 2021/2022 (62 becadas) y 2020/2021 (88 becadas) Del total de becadas capturadas, 12 ejemplares eran aves previamente anilladas, un 28,6%, valor que puede considerarse muy elevado en comparación con el calculado en otras zonas donde también se están desarrollando labores de marcaje de becadas. Este dato es consecuencia del elevado esfuerzo de anillamiento en esta zona (Mayor número de ejemplares marcados) así como de la ausencia de presión cinegética, lo que deriva en una mayor supervivencia de becadas anilladas que posteriormente son recapturadas en la misma temporada o sucesivas.
Finalmente, podemos analizar la edad de las becadas capturadas mediante el estudio y datado de las plumas del ala. Esta información nos puede dar una idea del éxito de la temporada de cría, así como del efecto “Reserva” de La Casa de la Becada en base a la filopatria o fidelidad de los individuos a sus lugares de invernada a lo largo de los años. Durante la temporada de migración otoñal 2022 el porcentaje de aves jóvenes ha sido de un 54,7%, algo superior al de la temporada precedente (50,6%) y ligeramente por debajo que el obtenido hace dos años (55,75%)
En cuanto a la distribución temporal de las becadas en Garralda, el primer ejemplar observado se detectó el 21 de octubre, encontrándose la mayor densidad a partir de la última semana de noviembre. El pico de migración esta temporada ha sido menos evidente que en la anterior y también se ha producido con diez de retraso respecto al año pasado.
Invernada
Si procedemos a analizar el periodo de invernada estricta de la pasada temporada, tenemos que poner el foco en la fase de ola de frío que se prolongó durante un mes desde el 15 de enero y que cubrió de nieve y hielo los montes de La Casa de la Becada, condicionando la presencia de estas aves en Garralda, ya que en estas rigurosas condiciones con pueden acceder a las lombrices de tierra que constituyen su principal de alimento.
Con esta tesitura tampoco se podían realizar las tareas de anillamiento, por lo que en la segunda parte de la temporada nos vimos obligados reducir el número de salidas al mínimo, con una única sesión de anillamiento realizada el 13 de enero, en la que se vieron 5 becadas vistas y una captura.
Contrapasa
La migración primaveral o contrapasa en Garralda este año ha sido francamente fugaz, con escasa presencia de becadas. Al igual que ocurrió en otoño, el principal flujo migratorio pasó de largo y únicamente notamos un pequeño pico hacia el 12 de marzo.
Como anécdota, este año hemos anillado una becada en una fecha realmente tardía, el 24 de marzo, un auténtico récor.
Censos con perro
Otra de las actividades que desarrollamos en la La Casa de la Becada es el seguimiento de la densidad de aves mediante el censo con perros, consistente en recorridos a pie en la que se van apuntando las becadas que detectan los canes.
En la pasada temporada se han realizado 39 jornadas de censo, en las cuales se localizaron 21 becadas, lo que da un Índice de Abundancia (Becadas avistadas para una jornada teórica de 3,5 horas) de 0,51. Se trata de un valor francamente bajo, en línea con la floja temporada que nos ha tocado padecer.
Al igual que comentábamos con el anillamiento, la escasez de precipitaciones al final del verano y principios del otoño han perjudicado la capacidad de acogida de estos montes. Si a esto sumamos la tendencia de los vientos de componente Sur en los días que coincidieron con el pico migratorio, se explica la baja presencia de becadas en la última campaña.
Como siempre decimos, un cero también es un dato y por ello es de agradecer la colaboración de los voluntarios que han participado en los censos a pesar de que la baja densidad de aves no era el mayor de los alicientes.
Esto ha sido todo. Salimos de una temporada difícil que ha puesto a prueba la motivación para sacar adelante los distintos proyectos de esta iniciativa y es que, si faltan las becadas, todo es más complicado. Por suerte, estas campañas son necesarias para sacar distintas conclusiones, entre ellas, cómo está afectando el cambio climático a la distribución de las becadas en el tiempo y en el espacio. Cada vez parece que llegan de una forma más tímida y tardía. Lo iremos confirmando en años venideros.
Saludos y permaneced atentos a próximas entradas de este Blog.
Muy buenas. Después de unas Navidades en las que se han batido récords de calor en Europa, a mitades de enero por fin ha llegado el invierno a nuestras tierras en forma de precipitaciones de nieve y fuertes heladas. El temporal se inició el 16 de enero con unas nevadas valoradas por Aemet entre las mayores de lo que llevamos de siglo en el Pirineo navarro. En Garralda se alcanzaron los 60 centímetros, bastante más en los montes circundantes. Estas nevadas, sin ser tampoco excepcionales, vinieron acompañadas de temperaturas muy bajas en los días siguientes, lo que ha provocado que el manto blanco apenas se haya fundido desde entonces.
Condiciones difíciles para los habitantes de estos valles, aunque ya están bastante habituados al clima duro durante el invierno, estas nieves no dejan de trastornar los quehaceres cotidianos. Sin embargo, este año la nieve es especialmente bienvenida, tras meses de sequía, es muy necesaria para empapar el suelo y llenar fuentes y manantiales. Para la fauna salvaje también son jornadas complicadas. Con poco alimento disponible, los animales reducen al máximo su actividad para ahorrar la mayor energía posible.
Entre los animales que más se ven afectados por esta climatología se encuentran las becadas. Debido a su metabolismo necesitan ingerir una gran cantidad de invertebrados, fundamentalmente lombrices, que consiguen clavando su pico en el suelo. Cuando el terreno se cubre de nieve las lombrices se vuelven inaccesibles, salvo en las pocas zonas que quedan al descubierto, normalmente lugares donde corre el agua. Si la temperatura baja de 0ºC y especialmente cuando el mercurio permanece en valores negativos incluso durante el día, las cosas se complican. El suelo permanece helado todo el día, por lo que muchas becadas se ven obligadas a abandonar momentáneamente estos lugares en busca de zonas más bajas y templadas.
En ocasiones, la fidelidad de estas aves a sus lugares de invernada provoca que aguanten hasta el último momento antes de partir. Existen casos documentados de grandes mortandades de becadas debido a que temporales de frío muy prolongados terminaron por consumir sus reservas y para cuando quisieron marcharse era demasiado tarde.
Estos días hemos notado un desplazamiento de becadas a zonas más protegidas y libres de nieve y durante las sesiones de anillamiento se ha constatado en ciertos valles que las aves tenían dificultad para acceder al alimento. Becadas capturadas muy delgadas, en el chasis, con pesos alrededor de 270 gramos (Lo normal es 320 gramos) y comportamientos extraños, con confianza hacia el ser humano.
También la captura por caza de aves anilladas en Garralda nos vuelve a mostrar un comportamiento que ya viene siendo habitual cuando llega la nieve y el frío a La Casa de la Becada. Se trata de un desplazamiento de las aves a la cara norte del Pirineo, buscando las comarcas más bajas y templadas en Francia debido a la proximidad del mar Cantábrico.
En este sentido, una becada anillada el 14 de diciembre en Garralda era cazada el 27 de enero muy cerquita de Baiona, un movimiento que estamos viendo estos últimos años. Al final estamos hablando de un ave migratoria que no entiende de fronteras y se mueve de aquí para allá en función de las condiciones que se va encontrando.
De lo estudiado por José Luis Guzmán en su trabajo de radioseguimiento sobre becadas desarrollado en Álava, sabemos que normalmente un buen número de estos pájaros cuando las condiciones mejoran vuelven a los lugares donde estaban pasando el invierno. Otros, si las características de su nuevo hogar son idóneas permanecen allí hasta que emprenden el viaje de regreso a sus cuarteles de nidificación.
Por suerte para las becadas las previsiones meteorológicas indican un aumento de las temperaturas en las próximas jornadas. Cuando la nieve comience a retirase podremos comprobar el número de irreductibles becadas que todavía aguantan en los hayedos pirenaicos.
¡Hasta otra!
NOTA: Todos los vídeos y fotos de este blog han sido tomados en el curso de las sesiones de anillamiento científico autorizadas por las Administraciones correspondientes.
Muy buenas y feliz año a tod@s. Hacía tiempo que no escribíamos en el Blog, pero es que tampoco hemos tenido grandes novedades en una temporada que se ha mostrado bastante anodina, la verdad. Por una cosa o por otra no han acabado de alinearse los astros para disfrutar de unas jornadas de densidad de sordas en nuestra Casa de la Becada.
Terminaba la anterior entrada del Blog con la esperanza de que el frío que venía apretando de lo lindo en Europa empujase un buen contingente de becadas a nuestras latitudes. Lo cierto es que temperaturas bajas de la mitad de Francia hacia el norte no faltaron desde mitades de noviembre, con los termómetros bajo cero durante todo el día y a lo largo de varias jornadas. En otras circunstancias esto significaría una gran entrada de becadas, pero este año no ha sido así, por lo menos en nuestra zona y creo que por extensión en toda Navarra y regiones próximas.
Los datos nos indican que estamos ante la peor campaña de la década en cuanto a densidad de la Dama del Bosque y eso que otras migratorias no han faltado, en noviembre se han detectado por nuestra región algunas rarezas, aves no habituales que han llegado como consecuencia de los fríos y temporales en zonas norteñas.
Con el mes de diciembre volvió tónica habitual de los últimos meses con la dorsal cálida en el Sur de Europa y el anticiclón bloqueando cualquier inestabilidad y encima canalizando el viento Sur hacia el continente, lo que ha hecho dispararse las temperaturas. En Navidad se han vuelto a batir registros de calor en muchas regiones europeas, con anomalías de +15ºC.
Lo que ha dado de sí la migración
Solemos considerar el 15 de diciembre como la fecha en la que termina la migración estricta de otoño. A partir de ahora se pueden producir erratismos o movimientos provocados por olas de frío, pero básicamente podemos considerar que todo el pescado está vendido y las becadas ya llevan días instaladas en sus cuarteles de invernada.
Los trabajos de anillamiento durante este primer periodo de migración se iniciaron el 21 de octubre, prolongándose hasta el 15 de diciembre. Han trabajado cuatro anilladores, efectuándose un total de 20 sesiones de anillamiento, lo que constituye un cómputo global de 51 horas de prospección. En este tiempo se han observado 116 becadas, lo que da un Índice de Abundancia Nocturna de 2,27 becadas/hora, muy lejos de los valores obtenidos para la temporada de migración otoñal 2021/2022 (4,86 becadas/hora) o 2020/2021 (3,91 becadas/hora) Por tanto, podemos considerar la densidad de aves en la migración de becadas 2022 como muy baja, valor esperado dadas las condiciones meteorológicas (Vientos contrarios a la migración, altas temperaturas y sequía) antes y durante el periodo migratorio.
De estas becadas avistadas se han capturado 42 ejemplares, lo que da una efectividad del 36%, valor considerado normal. La cifra de capturas también queda muy por debajo de la obtenida en 2021/2022 (62 becadas) y 2020/2021 (88 becadas) Del total de becadas capturadas, 12 ejemplares eran aves previamente anilladas, un 28,6%, valor que puede considerarse muy elevado en comparación con el calculado en otras zonas donde también se están desarrollando labores de marcaje de becadas. Este dato es consecuencia del elevado esfuerzo de anillamiento en esta zona (Mayor número de ejemplares marcados) así como de la ausencia de presión cinegética, lo que deriva en una mayor supervivencia de becadas anilladas que posteriormente son recapturadas en la misma temporada o sucesivas.
Finalmente, podemos analizar la edad de las becadas capturadas mediante el estudio y datado de las plumas del ala. Esta información nos puede dar una idea del éxito de la temporada de cría, así como del efecto “Reserva” de La Casa de la Becada en base a la filopatria o fidelidad de los individuos a sus lugares de invernada a lo largo de los años. Durante la temporada de migración otoñal 2022 el porcentaje de aves jóvenes ha sido de un 54,7%, algo superior al de la temporada precedente (50,6%) y ligeramente por debajo que el obtenido hace dos años (55,75%)
En cuanto a la distribución temporal de las becadas en Garralda, el primer ejemplar observado se detectó el 21 de octubre, encontrándose la mayor densidad a partir de la última semana de noviembre. El pico de migración esta temporada ha sido menos evidente que en la anterior y también se ha producido con diez de retraso respecto al año pasado.
Esto ha sido todo, a partir de ahora continuarán los trabajos de seguimiento de las becadas invernantes en La Casa, así de posibles movimientos en caso de olas de frío.
Esta es la pregunta que más nos estamos haciendo los aficionados a esta limícola en el comienzo de la presente temporada. Si bien octubre ha sido un espectáculo con migraciones récord de zorzales, palomas y multitud de pajarillos, respecto a la becada en los corrillos de cazadores y ornitólogos ya se considera este inicio de campaña como el peor en muchos años, por no decir de la historia. Particularmente en Navarra, pero en otras regiones tampoco están como para tirar cohetes.
Con los datos en la mano, durante las sesiones de anillamiento en La Casa de la Becada hemos encontrado exactamente la mitad de becadas que el año pasado por estas fechas, si bien es cierto que en 2021 el pico migratorio se adelantó algunos días.
El comentario generalizado en los cotos colindantes es el de año pésimo y de llegada de becadas con cuentagotas. La explicación a este fenómeno no es única y la conjunción de varios factores es la que ha dado lugar a la tormenta perfecta:
Sequía: atendiendo a los datos climatológicos, desde mayo vivimos una situación completamente anómala en Navarra. En todo el verano y de acuerdo con Meteo Navarra, el total de precipitaciones para la estación de Aurizberri/Espinal, a 8 kilómetros de Garralda ha sido de 94 mm, un 49% de lo habitual y la temperatura media ha estado casi 3ºC por encima de los valores habituales. En el caso del inicio del otoño las circunstancias han variado poco y el mes de octubre se valora como extremadamente cálido y muy seco para gran parte de la Comunidad Foral de Navarra. Con estos datos, es fácil intuir que la disponibilidad de alimento en el monte para las becadas es muy limitada, el déficit hídrico del suelo impide la presencia de lombrices en las capas superficiales, donde son accesibles para el pico de las becadas. Nos llama la atención cómo el hayedo permanece con la mayor parte de sus hojas cuando por fechas debería estar casi pelado.
Calor en Europa: el mes de octubre y arranque de noviembre han sido extraordinariamente cálidos en un gran área que engloba los territorios de cría de las becadas que nos visitan, especialmente en los países bálticos. Hasta el 18 de noviembre no se produjeron las primeras heladas serias, casi con un mes de retraso respecto a lo habitual. Con estos valores tan templados las becadas no tienen la misma urgencia por abandonar sus cuarteles de cría hacia el suroeste del continente, si bien desde entonces se ha revertido la situación, con la isoterma 0ºC a nivel del mar durante todo el día desde Alemania hacia el noreste durante la última semana.
Vientos contrarios a la migración: a lo largo de octubre y primeros días de noviembre, las borrascas estancadas frente a Galicia unidas a un potente anticiclón en el Mediterráneo han enviado un flujo continuo de vientos del Sur, cálidos y secos a nuestras latitudes. Estos aires de pico, frenan o desvían la migración de las becadas, especialmente cuando se aceleran en la cara norte de los Pirineos debido al efecto Foehn. En octubre y noviembre apenas hemos contado con jornadas con viento noreste, favorable a la migración y que empuja las becadas hacia nuestra zona.
¿Qué esperar en las próximas semanas?
Nos acercamos a las fechas críticas de la migración, ya que en las dos próximas semanas se suele producir el pico de abundancia con la llegada del mayor contingente de becadas. En teoría el frío que empieza a apretar en el noreste europeo debería obligar al abandono masivo de sus áreas de cría, aunque en Francia no se atisban temperaturas bajas a medio plazo.
Tampoco parece que la tendencia de vientos de procedencia atlántica vaya a cambiar, pero como buena noticia se vislumbra una ventana para la semana que viene con noches de calma, con poco aire o incluso favorable, por lo que debemos ser optimistas. Otra cosa es que las becadas paren lo justo en nuestra zona para descansar o recalen por más tiempo, todo depende de que la lluvia caída en los últimos días haya favorecido la presencia de una mayor cantidad de microfauna en el suelo, accesible para las becadas.
En principio el año de cría en el norte de Europa y atendiendo a la información que nos llega desde el Club National des Bécassiers ha sido normal, por lo que es esperable que un buen número de becadas jóvenes estén por llegar.
Becadas marcadas para radioseguimiento
En la anterior entrada de este blog hacíamos mención a las cinco becadas que se han equipado en Garralda con dispositivos de seguimiento por satélite. A día de hoy la situación es la siguiente:
“GARRALDA”: Becada adulta marcada el 11 de noviembre. Se mantiene en la zona, sin grandes desplazamientos.
“AIZPEA”: Becada juvenil equipada el 18 de noviembre. También permanece en el mismo lugar, aunque con la nevada del día 19 parece que ha cambiado sus praderas de alimentación nocturna a zonas más bajas.
“RONCESVALLES”: También se trata de un individuo joven. De las becadas marcadas es la que menor desplazamiento está haciendo entre los lugares de alimentación y el bosque en el que permanece durante el día. Apenas se ha movido de la zona donde fue equipada.
“ANSABEL” Y “OXARTA”: Son las más inquietas del equipo y las que están realizando más cambios a la hora de elegir ubicaciones, pero sin salir del área de La Casa.
Por tanto, vemos que a pesar de encontrarnos en fechas teóricas de migración las becadas ya llevan varios días acantonadas en la zona, lo cual no deja de ser una sorpresa. Veremos si se trata de un “stop over” para recuperar fuerzas o si terminan asentándose más semanas.
Tras la buena noticia de tener a la becada “GARRALDA” con su emisor, despedíamos la anterior entrada de este blog anunciando que pronto tendríamos novedades y éstas han llegado antes de lo esperado. Tras varias noches en las que habíamos notado cierta entrada de becadas en migración, la noche del viernes 18 de noviembre estaba marcada en rojo como idónea para colocar el resto de emisores que nos quedaban.
Otra vez nos poníamos manos a la obra recorriendo las praderas de alimentación de las becadas en Garralda. Noche oscura y fría, sin viento, pero con una suave lluvia que en ocasiones se transformaba en aguanieve, óptima para la captura de nuestras amigas. Pronto iba a caer la primera sorda y enseguida una detrás de otra. Esta abundancia de pájaros nos iba a permitir seleccionar aquellos ejemplares en mejor estado físico, lo que nos da cierta garantía de que el ave va a poder llevar con solvencia la mochila con el emisor.
Contrariamente a lo que veníamos observando hasta el momento, todos los ejemplares eran juveniles, sin recapturas de becadas ya anilladas, por lo que intuimos que se trataban de aves en migración. Esto tiene otra consecuencia, y es que las becadas jóvenes no tienen la fidelidad adquirida al territorio, por lo que asumíamos que algunas podrían desplazarse más allá de La Casa de la Becada. Algo que entra dentro de los objetivos de un estudio cuando estamos trabajando en un lugar dentro de un importante pasillo migratorio.
Para esta ocasión los aparatos elegidos son de fabricación polaca, de la casa Ornitela y presentan como novedad que la transferencia de datos con sus localizaciones se produce a través del sistema GSM (en inglés Global System for Mobile communications), como si se tratará de un teléfono móvil. Estos emisores ya han sido utilizados con éxito en otro tipo de aves, pero también con becadas, lo cual nos da cierta garantía de éxito. Como venimos repitiendo, la carga de la batería de los emisores mediante una placa solar constituye el gran escollo en especies como la becada.
En menos de tres horas las becadas ya habían sido equipadas por las expertas manos de Rubén, en esta ocasión auxiliado por Unai. Como decimos, antes habían sido descartadas varias aves por su bajo peso e incluso una becada con una herida de perdigón en el muslo, aunque aparentemente sin gravedad.
Cinco minutos sumando el proceso de anillado y equipado y la becada ya está otra vez en vuelo, el tratamiento ético y responsable es el primer mandamiento de los anilladores.
En total, cuatro nuevas becadas estrenaban sus mochilas. Han sido bautizadas como AIZPEA, ANSABEL Y OXARTA, nombres de parajes dentro del término municipal de Garralda, en honor al gran esfuerzo que se está haciendo en la zona por conservar la denominación original de los topónimos locales. La cuarta becada ha recibido el nombre de RONCESVALLES, en euskera Orreaga, localidad por todos conocida al albergar la colegiata y hospital de peregrinos del Camino de Santiago y en la que se produjo la célebre batalla. Con el deber cumplido nos retirábamos de las praderas a recuperar fuerzas con un buen bocata.
Por la mañana llegaba la sorpresa en forma de nevada a unas cotas bastante más bajas que las pronosticadas por las agencias de meteorología.
Por ello existía cierta expectación por ver el comportamiento de las becadas equipadas. Sin embargo, en principio las primeras emisiones no indicaban movimientos significativos de los pájaros y continuaban en la zona. En los próximos días comprobaremos si son becadas que retoman su viaje migratorio o si, de lo contrario, se acantonan en los terrenos de La Casa de la Becada y alrededores.
Censos con perro
Mientras por la noche continúan en las praderas los trabajos de anillamiento y marcado de aves con dispositivos de seguimiento por telemetría, cuando amanece llega el turno de los aficionados a los perros de muestra a través de los censos de becada.
Este año seguimos con una densidad de aves por debajo de las expectativas. La sequía de los meses precedentes junto con el calor y los vientos contrarios a la migración no están ayudando a que el contingente de becadas se acerque a Garralda. Los aficionados a su caza en los cotos del entorno ya hablan de la peor temporada en muchos años. Sin embargo, unos cuantos enamorados de los perros siguen acercándose a Garralda y disfrutando de las escasas aves y también del entorno y de la gastronomía local.
Además, parece que la meteorología está cambiando y el frío en el centro y norte de Europa augura una llegada masiva de becadas en fechas próximas, habrá que estar atentos.
En el año 2006 un grupo de locos por la becada pensó en dar una vuelta de tuerca a los estudios científicos que existían hasta la fecha sobre esta especie. Para ello, creyeron que sería una buena idea aplicar las investigaciones con dispositivos de seguimiento por satélite que entonces empezaban a despuntar a la Dama del bosque. Aquello fue el embrión del proyecto denominado “Scolopax sin fronteras“. Tras semanas de ensayos y pruebas, el Club de Cazadores de Becada fue el primero en el mundo en equipar una becada con un PTT, producido en Estados Unidos por MTI.
Desde aquel lejano 2006 más de 40 becadas han llevado estas mochilas a sus espaldas, aportando información inédita sobre sus fechas de migración y vías migratorias. Actualmente se marcan becadas de esta manera en el Reino Unido, Francia, Estonia, Rusia, Italia, Hungría y Suiza, suponiendo un método de monitorización de la especie en pleno crecimiento y que supone un complemento ideal al anillamiento científico tradicional. Si bien se trata de unos aparatos bastante caros, aportan una información más completa y permiten el seguimiento del ave en tiempo real.
En los inicios de esta iniciativa ya se observó que uno de los principales hándicaps que tienen estos aparatos es la batería que alimenta el emisor y que se carga a través de una placa solar incorporada. La becada es una especie forestal, permanece durante el día dentro del bosque y normalmente solo sale al exterior durante la noche, por lo que el aparato rara vez recibe luz solar directa y esto compromete su carga.
“Scolopax sin fronteras” en Garralda
Hasta ahora las becadas marcadas dentro del proyecto principalmente han pretendido fijar las fechas de inicio de la migración prenupcial o contrapasa, así como las vías migratorias y origen de las aves que nos visitan cada otoño.
Por ello, todas las becadas han sido equipadas hasta el momento a partir de febrero, en las fechas más próximas a su migración primaveral, evitando también de esta manera que pudieran ser abatidas durante la temporada de caza.
Sin embargo, esto nos ha hecho perder una preciosa información sobre el comportamiento de los individuos una vez cruzan los Pirineos. Como decíamos, la carga de la batería que mueve el emisor se ve comprometida por el comportamiento forestal de la becada y pocas son las que llegan a emitir más de seis meses después de su marcado.
Así, sabemos que algunas de las becadas ibérico invernantes llegan a criar hasta Siberia Oriental, pero no conocemos a ciencia cierta cómo se reparten por la Península Ibérica una vez llegan a nuestros territorios en otoño.
Por ello, la existencia de La Casa de la Becada es una gran oportunidad para estudiar a las sordas tanto a nivel local como para comprobar la forma de dispersión que utilizan al final de su trayecto migratorio en el Suroeste de Europa o, por ejemplo, su respuesta ante las olas de frío.
En este contexto, en la temporada 2022/23 hemos empezado a equipar becadas en Garralda con estos dispositivos, esperando obtener valiosos datos que nos ayuden a comprender mejor el comportamiento de esta enigmática ave. Todo gracias al apoyo a este proyecto por parte de la Sección de Caza del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.
“GARRALDA”, la primera de muchas
La noche del 11 de noviembre se desplazaba a La Casa el “team alavés”, Ibon y Rubén, anilladores del Grupo Scolopax de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, para tratar de atrapar y equipar varias becadas. Sin embargo el veranillo de San Martín no nos facilitó la tarea, con altas temperaturas, viento Sur y terrenos secos. Así, tan solo un ejemplar quiso entrar en la red para ponerse en las manos expertas de nuestros cirujanos becaderos. En este caso el dispositivo elegido había sido suministrado por la empresa Lotek, puntera en la fabricación de este material. La señal del aparato será captada por el sistema de satélites Argos y rebotada en forma de coordenadas a nuestro PC. Así de sencillo y complicado a la vez.
En poco más de cinco minutos el pájaro estaba con su mochila, anillado, pesado y datado. Se trataba de un ave adulta con muda interrumpida, observando sus plumas no mudadas podemos determinar que el otoño pasado era un individuo juvenil, por lo que en estos momentos se encuentra en su segundo año de vida. O lo que es lo mismo, probablemente éste sea el segundo otoño que pasa por Garralda.
Fotos rápidas de rigor y el animal es liberado enseguida para evitar el estrés, queremos que sufra lo mínimo posible. Tocaba esperar a las primeras emisiones para cerciorarnos de que todo había ido bien.
Por fin el martes 15 llegaban las buenas noticias en forma de las primeras localizaciones de “GARRALDA”, como fue bautizada esta “mochilera”. Se había desplazado casi 4 kilómetros desde las praderas de alimentación hasta el corazón del hayedo de La Casa de la Becada. Chica lista, allí sabe que estará más tranquila. Las primeras emisiones nos muestran un comportamiento errático del ave, propio de estas becadas recién llegadas y que todavía no se han asentado en el lugar o quizás porque van a continuar la migración. Pronto lo sabremos.
En fechas próximas seguiremos con el marcaje de nuevas aves que iremos narrando en más entradas de este Blog.
En la anterior entrada de este Blog ya se atisbaba un final de octubre bastante difícil para los terrenos de La Casa de la Becada. La llegada de un flujo continuo de viento Sur procedente de África acompañado de temperaturas anormalmente altas, rompiendo todos los registros (Noches por encima de los 20ºC) acabaron de estropear la capacidad de acogida del medio para las becadas. En las primeras salidas nocturnas a las praderas apenas vimos un par de despistadas, con los campos realmente secos. Con los censos con perro los avistamientos también seguían siendo anecdóticos, como mucho una o dos por jornada. Estaba claro que el flujo migratorio, en caso de haberlo, estaba pasando de largo.
Con los últimos días de octubre y primeros de noviembre se ha producido un paréntesis en esta tendencia y con cierto alivio observamos como las lluvias y el fresco han llegado a Garralda, incluso con nieve en cotas por encima de los 1.500 metros el 4 de noviembre.
Así, en los mapas de AEMET vemos como el balance hídrico en nuestra zona ha mejorado sensiblemente.
Por otro lado, vemos que las precipitaciones en la última semana casi llegan a los 60 litros por metro cuadrado en la estación de Aurizberri/Espinal.
Precitaciones registradas en los últimos días en la estación de Aurizberri Espinal
Así, la salida de anillamiento del 4 de noviembre se afrontaba con bastante optimismo y las previsiones positivas se confirmaron con una densidad muy bonita de becadas en las praderas, esta vez sí, plenas de humedad.
Primeras becadas anilladas de la temporada
Como sorpresa, hemos podido constatar que las becadas capturadas presentaban unos pesos extrañamente elevados para las fechas de migración en las que nos encontramos, con varias becadas por encima de los 330 gramos. Por ello, cabe pensar que estas aves están encontrando bastante comida en sus paradas durante el trayecto migratorio o tal vez llevaban varios días por aquí y todavía no habían dado la cara.
También y como viene siendo habitual, vamos encontrando viejas conocidas de Garralda, con recapturas de tres ejemplares:
Una becada anillada en noviembre de 2020 y recapturada en marzo de 2022.
Una becada anillada en diciembre de 2020 siendo ya adulta y recapturada en noviembre de 2021.
Una becada anillada en marzo de 2021.
Disfrutando de los censos con perro en buena compañía
Todas ellas recapturadas en la misma pradera donde fueron anilladas, lo que da idea de la gran fidelidad de estas aves a los mismos lugares y el papel beneficioso que juegan reservas como La Casa de la Becada para la supervivencia y conservación de esta especie.
Preciosa muestra a becada de este setter
Al mismo tiempo, los participantes de los censos con perro han detectado un mayor presencia de aves en los hayedos de Garralda y las jornadas de disfrute con nuestros compañeros perrunos van en aumento. Una gozada poder recorrer estos bosques en la plenitud del otoño y gozar de las muestras de los canes.
Hayedos de Garralda
Buenas sensaciones de cara a los eventos que nos esperan el fin de semana del 12 y 13 de noviembre, con el concurso fotográfico FOTOBECADA y la primera prueba del XV Máster CCB de perros de muestra sobre becada, sin muerte.
Durante el fin de semana del 28 y 29 de mayo tuvo lugar en Garralda la XXII Asamblea General del Club de Cazadores de Becada, entidad que gestiona La Casa de la Becada. Entre las distintas actividades organizadas durante esos días destacan las charlas celebradas en el Errotaberri con la becada y su gestión como protagonistas y en particular, un resumen de los resultados obtenidos en los dos años de vida de la Reserva de la Becada de Garralda.
Como responsable del proyecto y en representación de las personas que han participado en el mismo fui desgranando los primeros datos extraídos, incidiendo que esto solo es un esbozo, ya que para alcanzar conclusiones más definitivas debemos prolongar el estudio algún año más.
Sin embargo, ya comenzamos a observar algunos fenómenos curiosos, propios de una ave tan enigmática y sorprendente como es la Dama del Bosque.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, este estudio se sustenta principalmente en cuatro pilares:
Anillamiento científico
Censos de becadas con perro
Radioseguimiento por satélite y convencional
Censos de becadas nidificantes
Anillamiento científico
Los trabajos de anillamiento en Garralda fueron esporádicos hasta la primavera de 2020, fecha en la que comenzamos a realizar salidas de anillamiento con mayor frecuencia. Desde ese momento cinco han sido los anilladores que con mayor o menor intensidad han trabajado en la Reserva, todos ellos pertenecientes al Grupo “Scolopax” de la Oficina de Anillamiento de Aranzadi.
Desde febrero de 2020 se han realizado 71 salidas o sesiones de anillamiento nocturnas, consistentes en un recorrido por las praderas de alimentación de las becadas, en las que estas aves son capturadas con la ayuda de una red, anilladas, pesadas y se determina su edad a través de la lectura de ciertas plumas del ala. El objetivo inicial era realizar un esfuerzo de muestreo de una salida semanal, alguna más en la época de migración, pero sin provocar un exceso de presión sobre las becadas que pudiera provocar abandono de las praderas de alimentación o molestias al resto de la fauna. En este proyecto estamos concienciados en el respeto al entorno y el tratamiento ético de la fauna con la que estamos trabajando directa o indirectamente.
Estas sesiones han dado lugar a 191 horas de muestreo, en las que se han observado 714 becadas, de las cuales se han capturado una tercera parte, 238 ejemplares, porcentaje de efectividad que podemos considerar normal.
La captura más temprana se produjo un 26 de octubre, mientras que la más tardía fue el 24 de marzo.
Los indicadores de la densidad de becadas detectados podemos considerados muy altos, con un Índice de Abundancia Nocturna (IAN) de 3,5 becadas observadas por hora de recorrido, muy por encima del valor medio para el resto del Estado (2,65).
El hecho de que las becadas muestren la tendencia a regresar al mismo lugar en el que pasaron el invierno anterior se ha observado claramente en Garralda. De hecho, el 27% de las becadas capturadas en Garralda en la última temporada ya estaban anilladas. Lo más sorprendente es que esta fidelidad se produce en muchos casos en espacio y tiempo, dándose la circunstancia de becadas anilladas recapturadas en el mismo prado un año después y en las mismas fechas ¡Impresionante!
Un hecho también observado es la querencia de las becadas a permanecer en La Casa de la Becada a pesar del clima duro de la zona, demostrándose que el mito de que esa zona es exclusivamente de paso es eso, un mito. Podemos constatar que si a la becada se la respeta con una presión de caza responsable tiende quedarse en el lugar. Prueba de ello es que hemos capturado un buen número de becadas en lo más crudo del invierno, cuando pensábamos que ya se habrían marchado.
En cuanto a la distribución de la densidad de becadas a lo largo de la temporada, ésta va aumentando desde finales de octubre, mientras que el mayor índice de densidad de aves se localiza en la segunda mitad del mes de noviembre, coincidiendo con el pico del flujo migratorio. A partir de ese momento la cantidad de becadas en Garralda depende en gran medida de la meteorología, ya que si arrecian los temporales de nieve y frío una buena parte de las aves abandonan este territorio en busca de zonas más clementes.
El segundo pico de densidad se percibe en el mes de febrero, correspondiendo muy probablemente con el inicio de la migración de primavera, a partir de estas fechas la abundancia va disminuyendo paulatinamente y ya en la última semana de marzo los encuentros con becada son anecdóticos.
Respecto a la proporción de jóvenes en las capturas de becadas en la temporada de anillamiento, tenemos que se mueve en valores bajos, propios de una reserva de caza, pero que también fluctúa dependiendo de la época del año. Mientras que en las fechas de mayor flujo migratorio (finales de noviembre) la cantidad de becadas jóvenes capturadas casi llega al 90%, fuera de esas fechas ocurre todo lo contrario y son las becadas adultas, fieles a sus cuarteles de invernada, las que copan la mayor parte de las capturas.
Si ponemos el punto de mira en las recuperaciones de becadas por acción de caza, el tiempo medio que ha portado la anilla una becada cazada es de 90 días, valor escaso aunque normal si tenemos en cuenta que solo llevamos dos años y medio anillando. 394 días es el máximo tiempo que una becada cazada ha portado la anilla, mientras que varios ejemplares han sido cazados al día siguiente de ser anillados.
La distancia máxima entre el lugar de anillamiento y caza es de 336 kilómetros y el mínimo de 1,5 kilómetros. Una de caza dos becadas anilladas cazadas fueron abatidas a menos de 20 km de La Casa de la Becada.
Finalmente, si nos fijamos en los lugares donde han sido recuperadas las becadas anilladas en Garralda, no encontramos un patrón fijo, si bien nos ha sorprendido que de momento no tenemos comunicaciones de becadas cazadas en el Centro o Sur de la Península. De hecho, se da la circunstancia de que dos becadas anilladas en Garralda en noviembre han sido recuperadas pocos días después en Francia, deshaciendo parte del trayecto migratorio.
Censos con perro
Otra de las herramientas para observar la abundancia de becadas y su tendencia son los recorridos a pie por la reserva acompañados de perros especialistas que detectan a las aves hasta que levantan el vuelo. En estos censos se anotan todas las becadas avistadas, duración del recorrido, así como otros parámetros de vegetación, meteorología, etc. y se vuelcan en una aplicación web creada para este fin.
Este método ha estado muy condicionado por las restricciones de movilidad debidas a la pandemia, especialmente en la temporada 2020/21 en la que no pudieron acudir a Garralda participantes de otras regiones. De momento tenemos datos de 75 recorridos con perro, para los que se ha calculado el valor del Índice Cinegético de Abundancia (ICA), que sería el número de becadas observadas para una jornada teórica de 3,5 horas.
En la temporada 2020/21 el ICA fue de 1,01 y para 2021/22 este parámetro subió ligeramente hasta situarse en 1,21, valores que se sitúan por debajo del potencial que creemos tiene La Casa.
Para las temporadas venideras esperamos una mayor participación y con ellas poder hilar más fino en el cálculo de los distintos indicadores.
Censos de nidificantes, “Proyecto Roding”
Como sabemos, una cantidad de becadas nada desdeñable nidifica en la Península Ibérica, concentrada principalmente en los sistemas montañosos del tercio norte. Aunque nunca alcanza grandes densidades, sabemos que tenemos becadas que sacan su prole en áreas de la Cordillera Cantábrica, Pirineos y Sistema Ibérico.
En el caso de Navarra, ya el Atlas de Aves Nidificantes (Jesús Elósegui, 1985) indicaba que un buen número de cuadrículas de la mitad Norte de la Comunidad Foral podían estar ocupadas por ejemplares “autóctonos”.
Dentro de estas cuadrículas se sitúa Garralda, por lo que uno de los objetivos del proyecto es localizar si todavía tenemos estos ejemplares nidificantes y analizar el efecto que el cambio climático, transformación del hábitat, depredadores, presión de caza o el hecho de que Garralda se haya convertido en reserva pueda provocar en las becadas.
Para ello se están realizando escuchas de machos en vuelo de cortejo o croule durante los meses de mayo y junio, método que se ha establecido como idóneo para censar las posibles becadas nidificantes.
De momento y tras más de 20 estaciones de escucha no hemos obtenido resultados positivos, lo cual es preocupante, teniendo en cuenta también las noticias que nos llegan de Francia, con un descenso del 30% de puntos positivos desde 1988. Parece ser que este descenso en Francia se ha concentrado en los lugares situados más al sur y a menor altitud, por lo que el calentamiento del clima podría estar detrás.
Radioseguimiento y seguimiento por satélite
El anillamiento ofrece la posibilidad de marcar numerosos ejemplares de una especie, pero la recogida de datos que dichos animales pueden ofrecer queda reducida a los correspondientes al día de su marcaje y captura. La utilización de técnicas de radio-telemetría permite el seguimiento continuo de los animales objeto de estudio durante un periodo de más de dieciséis meses con lo cual permite abarcar el periodo de migración completo de la especie.
Por eso desde la temporada 2021/22 y gracias al apoyo brindado por la Sección de Caza del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, se han empezado a marcar becadas con estos dispositivos, proyecto que continuará en la próxima temporada y cuyos resultados esperamos obtener a más largo plazo.
Esto es todo lo que dio de sí la charla, desde los responsables de la Gestión de La Casa de la Becada queremos agradecer el apoyo y trabajo de los anilladores del grupo “Scolopax” de la OA Aranzadi, a los socios del Club de Cazadores de Becada, Ayuntamiento de Garralda, Sociedad de Cazadores Arregia de Garralda y al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra por dar soporte a esta iniciativa.